-Pues a mí no me parece tan mal lo que defiende Vox.

-Pero Elena ¿qué sabes tú de lo que dicen? ¿Conoces lo que opinan sobre la violencia de género?

-Quieren que el dinero del Gobierno se gaste en los españoles y no en los extranjeros. Y sobre la violencia de género lo que ocurre es que hay muchas denuncias falsas.

Elena tiene 21 años. Su entorno no es precisamente de derechas pero la escena que ella protagoniza con uno de sus familiares puede estar produciéndose en muchas otras sobremesas. El CIS confirma un fenómeno que se detecta ya en la calle: la 'voxorización' de los jóvenes. El partido de ultraderecha empieza a despuntar en esta franja. Como cuando una marca de ropa se pone de moda. El sondeo de este mismo mes refleja que este grupo de edad es el más proclive a apoyarles, donde más simpatía genera y casi el más afín a sus ideas.

El movimiento que comenzó en diciembre de 2018, con la entrada de la formación de Santiago Abascal en el Parlamento andaluz, entre hombres conservadores de mediana edad, que encontraron en este partido el molde perfecto para sus ideas contra el nacionalismo, el ecologismo o el feminismo, se extiende también a los votantes de entre 18 y 24 años, de todos los sexos. Y compite ya con Unidas Podemos, cuyo granero de votos son los menores de 45 años, por su respaldo.

A lo largo de este año Vox ha ido creciendo entre los jóvenes en intención de voto, hasta alcanzar este mes, un 10,9% de apoyo en la franja 18-24. Su mejor cifra en todos los segmentos de edad. El dato cruzado de voto más simpatía también les proporciona en la juventud el aval más alto. Y son también estos electores los que más cercanos se declaran a sus ideas.

Miguel es profesor en un municipio de Madrid. Da clase a chavales de entre 14 y 18 años. Algunos ya podrán votar en las próximas elecciones generales. Él confirma esta tendencia como algo que vive en su día a día. Está a punto de jubilarse y explica que antes no sucedía. Sus alumnos discrepan ahora en asuntos -otra vez el cuestionamiento de la inmigración y la negación de la violencia de género- sobre los que existía consenso. Las ideas de Vox, señala, han llegado al aula. "Es un ideario que además les gusta exhibir". Esto es algo en lo que coincide con otros docentes. Es "una semilla que ha crecido". "Sorprende" el debate sobre asuntos que parecían superados.

José Pablo Ferrándiz, director de Elemental Research, explica que con la crisis del bipartidismo y la irrupción de los nuevos partidos, el perfil del votante de PSOE y PP se hizo más mayor. "Los jóvenes, laboralmente activos y cosmopolitas, migraron en masa a Podemos, en el caso de la izquierda, y a Ciudadanos, de la derecha". La llegada de Pedro Sánchez a la cúpula socialista, prosigue, en contra del aparato, con un mensaje más progresista, permitió al PSOE recuperar voto joven. El CIS de este mes da a este partido más intención de voto (16,4%) en el segmento de entre 18 y 24 años que a Podemos (12,9). Sin embargo, asegura Ferrándiz, una vez que Ciudadanos está "demoscópicamente desaparecido" la pelea por el respaldo de los jóvenes está "más igualada" en la derecha. A solo 1,4 puntos, un 10,9% Vox, un 12,3% el PP.  A partir de esa edad "la brecha entre estos dos partidos se reduce". "A Vox le sigue costando meterse en el bolsillo a los más mayores y el PP le ha salido un duro competidor en la derecha entre la juventud". 

El sociólogo David Redolí apunta además que las circunstancias sociales que vive España podrían ayudar a este partido de ultraderecha. "Puede tener capacidad de crecimiento entre capas de jóvenes que se sientan abandonados por el sistema, sin opciones de acceder a un puesto de trabajo estable y con un salario digno o a una vivienda". Esto, advierte, genera "frustración, desafección y desencanto". "Emociones negativas que suelen canalizarse políticamente a través del voto a líderes y a partidos extremistas, radicalizados por la izquierda y por la derecha".

El fenómeno de la 'voxorización' de los jóvenes está ahí. Pero el director de Asuntos Públicos de Atrevia y politólogo, Manuel Mostaza, avisa también que España es un país muy envejecido y por regla general las personas mayores participan más en las elecciones que los jóvenes. El voto juvenil, asegura, "no es garantía de nada, por mucho que sea cortejado por todo el ecosistema político". Esta es una apreciación en la que también coindice José Pablo Ferrándiz. "Tienen menos peso porcentual entre el conjunto del electorado y votan en menor medida que los mayores. Su relevancia electoral es menor que la de otros colectivos", sostiene.

Los grandes nichos del PSOE y del PP están entre la gente mayor de 40 años, especialmente entre los más de 60, concluye Mostaza. Y ofrece una reflexión más. En sociología electoral se dice de manera gráfica que "los viejos nunca se mueren". Lo normal es que los que en su juventud han apoyado a los nuevos partidos probablemente dentro de 15 años votarán bipartidismo.