El enfado del Govern y de ERC con el PSOE se mantiene, según pasan las horas. Pese haberse detectado algún síntoma de deshielo, los republicanos consideran que el Ejecutivo central no actúa con toda la buena fe que sería deseable. Así, Pere Aragonès, en la sesión de control parlamentaria, no solo se ha lamentado de que los índices de ejecución de las inversiones previstas sea mínima, sino que, directamente, los ha atribuido "a la falta de voluntad política", del Gobierno. Es decir, se presupuesta, pero en verdad no se quiere invertir, según el Govern.

Los dobles presupuestos, los de la Generalitat y los del Estado, han estado muy presentes en la sesión de este miércoles en la Cámara catalana. Excepto las preguntas de los partidos de derecha, que se han perdido en sus vericuetos sobre seguridad, muy a destacar que Alejandro Fernández (PPC) aclarara que, en materia de Interior, no pedía a Aragonès "que actuara como Chuck Norris", las principales fuerzas han enfilado la vía de las cuentas.

El líder de la oposición, Salvador Illa, se ha limitado a reclamar que se presentaran ya los de la Generalitat, vencidos ya todos los plazos. Jéssica Albiach ('comuns') ha demandado el apoyo inmediato al proyecto de cuentas del Estado presentado por el bipartito de la Moncloa, habida cuenta de que incluye un 6% más de inversión con respecto a los del 2021, facilitados por ERC en su día.

Cambio de Junts

Y Junts se movió entre un principio de acercamiento a Aragonès, en materia presupuestaria, y la confusión. Hace 15 días, ante las reiteradas peticiones posconvergentes de construir un frente único en Madrid, dada su inanidad, con apenas cuatro diputados, el 'president' les reclamó medidas concretas. Hasta la fecha, los posconvergentes iban a máximos, creyendo que toda negociación era buena para reclamar, por ejemplo, el derecho a la autodeterminación.

Pero algo se ha movido y las propeustas expuestas por el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, se asemejan a la sintonía que tocan los republicanos. A saber, el mantenimiento de los fondos extraordinarios para la covid para la sanidad catalana; la cogestión de los fondos europeos; garantías de cumplimiento de las inversiones del Estado y la defensa del catalán en el sector del audiovisual. Había un quinto punto, que es donde se creó la confusión posconvergente y es el traspaso de Rodalies. El vicepresidente, y titular del ramo, Jordi Puigneró, hacía poco rato que lo había desvinculado de la negociación presupuestaria.

Pero no todo fue de color de rosa entre los socios de Govern. El 'president' les reclamó que volvieran a la mesa de diálogo y negociación. Batet le respondió que lo harían en cuanto levantara el veto a los nombres dados en su día por su partido, que incluían a personas que no forman parte del Govern. Y se quedó ahí. Aragonès declinó la contrarréplica.