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La Policía investiga sobrecostes en once obras de la etapa de Cascos en Fomento

Uno de los contratos de la Variante, entre los sospechosos | Bárcenas vuelve a apuntar al asturiano: “Que te reciba un ministro vale dinero”

Francisco Álvarez-Cascos.

La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional ha hecho llegar al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que instruye el caso de las donaciones de empresarios a la “caja b” del PP a cambio de obras, un informe que detalla sobrecostes millonarios presuntamente irregulares, de entre el 4,8 y el 94,5 por ciento, en 23 contratos del segundo gobierno de José María Aznar (2000-2004). Entre ellos, hay once adjudicados por el Ministerio de Fomento en esa etapa, en la que lo dirigía el asturiano Francisco Álvarez-Cascos, o por organismos dependientes de él –Aena, Adif y la Dirección General de Carreteras–, y uno de la Variante de Pajares.

En el informe policial se analizan expedientes de contratos públicos adjudicados bien a la Constructora Hispánica en solitario bien a Uniones Temporales de Empresas (UTE) de las que formaba parte, entre los años 2000 y 2004. La lista de adjudicaciones coincide en parte con la que también ha llegado a manos del juez Pedraz remitida por la Fiscalía Anticorrupción y que alertaba asimismo de sobrecostes sospechosos en obras de Hispánica. En las dos relaciones figura un contrato de proyecto y obra de la Variante de Pajares, el del tramo Viadangos (León)-Telledo (Lena), formalizado en julio de 2003 y adjudicado a la Unión Temporal de Empresas (UTE) que Hispánica compartía con Copcisa, Fernández Constructores y Azvi. La obra, que la UTE consiguió por 220,3 millones de euros, unos diez por debajo de la oferta presentada por sus competidores, es una de las que presenta, según la UDEF, un porcentaje más alto de sobrecoste, cerca de un 75 por ciento.

Luis Bárcenas. EP

El documento expande el foco del informe anterior, que analizaba una parte de estos contratos y detectaba sobrecostes por valor de unos setenta millones de euros. Coinciden algunos, entre ellos el de la Variante, uno de los que generan dudas por la inclusión de “obras complementarias”. Esta figura da lugar a nuevos proyectos y expedientes de contratación, distinta de los “modificados”, en los que “el proyecto primitivo es sustituido por el reformado”. La diferencia importa porque ya en el informe de Anticorrupción se consideraba que parte de las obras complementarias de la obra investigada en la Variante “son realmente modificados”, y que si se hubieran tramitado así, “superarían el veinte por ciento (del precio original)” que obliga a requerir un dictamen del Consejo de Estado.

La UDEF ha puesto el foco en las obras concedidas a Hispánica porque su presidente y consejero entre 1992 y 2009, Alfonso García Pozuelo, así como algunos miembros del consejo de administración de las otras empresas que integraban las UTEs ganadoras, constan como donantes de la presunta “caja b” del PP.

En su última declaración ante Pedraz, el extesorero del PP Luis Bárcenas señaló a Álvarez-Cascos, exsecretario general del partido entre 1989 y 1999, como uno de los dirigentes que presuntamente estaban al tanto del sistema de financiación irregular mediante donaciones de empresarios. Durante su declaración como testigo, el pasado marzo, Cascos negó tener conocimiento, haber manejado ni creado ninguna caja B. El pasado día 16 de julio, Bárcenas detalló la operativa de la trama ante el juez asegurando que funcionaba como una suerte de “lobby”. Y “en el mundo del lobby”, dijo, “conseguir que te reciba un ministro o un secretario de Estado no es sencillo. Simplificando un poco el tema, y aunque no fuera ese nuestro planteamiento, eso vale dinero en cualquier sitio (…) y los empresarios estaban dispuestos a donarnos dinero a cambio de esa contraprestación”. Bárcenas incluyó a Francisco Álvarez-Cascos entre los ministros de los gobiernos de José María Aznar “a los que se dirigía Álvaro (Lapuerta, su predecesor al cargo de las finanzas de la organización), y puede que en alguna ocasión lo haya hecho yo por delegación de él”.

Según Bárcenas, los empresarios estaban dispuestos a pagar por tener “las puertas abiertas”

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Los responsables de Fomento y Medio Ambiente que lo fueron de 1996 a 2004 eran, de acuerdo con su relato, los interlocutores de esos empresarios con los que funcionaban como “algo parecido a un lobby”. Es en ese mundo, cuenta, donde las entrevistas “cuestan dinero”, donde los empresarios estaban dispuestos a pagar por “tener las puertas abiertas y la posibilidad de acceso”, “simplemente por poderte sentar una hora con el máximo responsable de un proyecto, conocer los proyectos que tiene ese ministerio, los plazos en los que se van a ir licitando obras y tal…”

En su comparecencia del pasado 16 de julio, sustanciada durante un permiso penitenciario, y a preguntas de la abogada del Estado Rosa María Seoane, Bárcenas se ratificó en lo que ya expuso en su última confesión, plasmada en un escrito enviado a la Fiscalía Anticorrupción el pasado mes de febrero, donde sostenía que algunas donaciones eran finalistas. El extesorero relató además con detalle el episodio en el que Álvarez-Cascos recriminó a Álvaro Lapuerta por haber puesto en contacto a un empresario directamente con el director general de Carreteras. El Ministro (Álvarez-Cascos) tuvo entonces, según el relato de Bárcenas, “una conversación un poco dura con Álvaro en la que le recriminó haber llamado directamente a un director general y le prohibió expresamente que se dirigiese a cualquier persona que dependiese de él”. La letrada interpelante quiso saber qué ocurrió a partir de entonces.

–¿A partir de ahí, todas las conversaciones se manejaron con el señor Álvarez-Cascos?

–A partir de ahí, cuando Álvaro necesitaba que se recibiese algo, llamaba a Francisco Álvarez-Cascos.

–¿Con él se acordaba todo?

–No. Con él se acordaba que le recibiese. Exclusivamente. Es que ese era un concepto de relaciones públicas.

La abogada del Estado se interesó por conocer si las entregas de los empresarios eran continuadas en el tiempo, por si ello pudiera significar que las gestiones “daban su fruto”. También le preguntó en qué se concretaban los “accesos” a los políticos, a lo que Bárcenas respondió que “las empresas que donaban buscaban la posibilidad de tener la interlocución que en cada momento tuviesen necesidad de tener, dependiendo del área en la que se moviesen cada una de las empresas”.

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