"Hoy tomamos en el Consejo de Ministros una de las decisiones más trascendentales de la legislatura", ha sentenciado la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apenas una hora después de que el Gobierno aprobara la concesión de los indultos a los líderes del procés. La también líder del sector morado del Ejecutivo ha reivindicado que esta decisión se trata de un ejemplo de la "proactividad" del Gobierno de coalición en relación con Cataluña y que se avanza un paso más en la búsqueda de "acuerdos amplios compartidos".

"Después de años de inacción y desidia de los Gobiernos del PP, que solo alimentaron el conflicto y la judicialización, este Gobierno quiere ser proactivo", ha apuntado la vicepresidenta en un mensaje publicado en las redes sociales. A renglón seguido, Díaz ha señalado que el objetivo del Ejecutivo es "hacer política de otra manera: con libertad, diálogo y soluciones". Al igual que apuntó el pasado lunes, ha hecho hincapié en que los indultos suponen un "primer paso para avanzar en el diálogo", pero que ahora toca "escuchar mucho y trabajar duro".

Además, en la línea de otros dirigentes de Unidas Podemos, Díaz ha recalcado que los morados "siempre" han defendido la concesión de los indultos. En esta línea, la portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Aina Vidal, ha sostenido que el Gobierno ha dado este paso gracias a "la correlación de fuerzas actual" y ha señalado en concreto el nombre del presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, por su implicación en la búsqueda de soluciones al conflicto.

Fortalezas y debilidades

El propio Asens, minutos antes de que terminara la reunión del Consejo de Ministros, ha pedido "perdón" a los nuevos políticos catalanes presos por el retraso. En una entrevista concedida a este periódico en octubre de 2020, el dirigente de los 'comunes' defendió la necesidad de que los líderes del 'procés' estuvieran fuera de la cárcel antes de las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero. En este sentido, les ha agradecido a los políticos independentistas presos que "no hayan sucumbido al odio y al rencor".

Asens, además, ha negado que la medida de gracia implique una "debilidad" sino la "fortaleza de la democracia": "Un signo de debilidad fue la respuesta del Estado a lo que sucedió el 1-O. Una democracia fuerte, madura, no necesita delegar un conflicto político en los policías, en los jueces; una democracia consecuente no necesita beneficiarse de las ventajas de la venganza". Finalmente, Asens ha reivindicado la necesidad de reformar el delito de sedición: "Es el paso necesario para poner fin a la judicialización pero sobre todo para que nadie más vuelva a vivir una situación similar".