El presidente del GobiernoPedro Sánchez, tendrá su primer encuentro con el nuevo presidente de Estados UnidosJoe Biden. Y será este próximo lunes, 14 de junio, en el marco de la cumbre de la OTAN, en Bruselas. Será un primer contacto, para “conocerse y hablar”, según indican fuentes gubernamentales. 

Hasta ahora, la Moncloa no había informado de ninguna conversación telefónica de Pedro Sánchez con el mandatario norteamericano, hecho que la oposición había criticado duramente y que atribuía a una pérdida del peso internacional de España. El equipo del presidente, no obstante, había perseguido ese contacto con Biden, y se cerró finalmente para el próximo lunes en la capital belga, tal y como adelantó ‘Al rojo vivo’ (La Sexta). Ambos mandatarios asisten a la cumbre de la OTAN. El líder estadounidense, de hecho, ya está en suelo europeo. Este miércoles su Air Force One aterrizó en la base británica de Mildenhall

El Gobierno ha tendido un “hilo directo” entre la Moncloa y la Casa Blanca. En concreto, entre los jefes de Gabinete de ambos presidentes, Iván Redondo y Ronald Klain. Estos dos últimos, de hecho, conversaron el pasado lunes. La noticia trasciende mientras Sánchez se halla inmerso en su minigira latinoamericana. Este miércoles arrancó el programa oficial en Buenos Aires y por la noche voló hasta Costa Rica, donde tiene agenda multilateral y bilateral. El sábado vuela hacia Madrid y el lunes, hacia Bruselas, al encuentro de la OTAN donde se verá con Biden.

Crisis con Marruecos

La entrevista con el mandatario norteamericano se producirá en un momento crítico para España, con el choque con Marruecos abierto en canal y sin visos de resolverse pronto. De hecho, las hostilidades no se han reducido pese a que el líder del Polisario, Brahim Ghali, salió de España hace una semana después de declarar en la Audiencia Nacional y quedar libre sin medidas cautelares. 

La posición de EEUU en este conflicto es clave. Donald Trump, ya de salida en la Casa Blanca, anunció el 10 de diciembre que reconocía la marroquinidad del Sáhara Occidental. Una posición que Biden, por ahora, no ha enmendado. Washington no ha querido inmiscuirse en la crisis Madrid-Rabat, la mayor en dos décadas, llamando a las partes a entenderse. El Gobierno de Sánchez ha intentado resolver el choque diplomático actuando en varios frentes. De un lado, coordinándose con sus socios europeos, para mostrar al reino alauí que no está solo y que se enfrenta a toda la UE. De otro, instando al secretario general de la ONU a que nombre un nuevo enviado especial para el Sáhara, cargo vacante desde que dimitió en mayo de 2019 el alemán Horst Köhler. 

Ahora, Sánchez tendrá la oportunidad de exponer las tesis de España directamente al mandatario norteamericano, pero Marruecos también es una pieza clave para Washington, para mantener la estabilidad de la zona, y de hecho el gesto de Trump fue correspondido por Rabat con el el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel.