Mascarilla obligatoria para profesores y alumnos a partir de los 6 años, entradas y salidas escalonadas, distancia interpersonal, higiene de manos, desinfección de material, ventilación constante y grupos burbuja (20 alumnos como máximo en infantil y 25 en primaria). A pesar de que la vacunación hace ver la luz al final del túnel de la pandemia, el próximo curso académico se va a parecer mucho al curso 2020-21, incluidas las reuniones entre el profesorado y las familias, que continuarán siendo telemáticas.

El Ministerio de Educación ya está trabajando en el diseño del año que viene en coles e institutos. Acaba de facilitar a las comunidades autónomas, con las que se reunirá mañana, un borrador en el que incluye una serie de recomendaciones sanitarias y escolares. Las medidas -en las que se incorporarán las aportaciones de las comunidades- no se aprobarán definitivamente hasta el miércoles de la próxima semana, cuando Educación y Sanidad convoquen a los consejeros.

El borrador del departamento que dirige Isabel Celaá advierte que las medidas se revisarán en función de la situación epidemiológica. Si la inmunidad de rebaño (70% de la población vacunada) se alcanza el 20 de agosto, como indican las previsiones oficiales, es de suponer que en septiembre la pandemia esté mucho más controlada pero no finiquitada. “La dimensión mundial de la pandemia hace necesario mantener un escenario de prudencia”, explica el borrador.

Esa prudencia se traduce en mantener prácticamente las mismas medidas que han conseguido este año que las escuelas sean uno de los pocos espacios seguros frente al virus. En todo este tiempo, el número de aulas confinadas no ha superado el 2%.

El ministerio quiere garantizar la presencialidad en todos los niveles. En el improbable caso de que la pandemia fuera a peor, a partir de 3º de ESO se podría pasar a la semipresencialidad. Los grupos burbuja -otra cosa es ver qué pasa con los profesores de apoyo que hacen falta para mantenerlos- se mantendrán. Y entre ellos no hace falta mantener la distancia interpersonal de metro y medio. Estos grupos serán de 20 alumnos como máximo en infantil (donde los niños y las niñas no están obligados a llevar mascarilla) y 25 en primaria. Los diferentes grupos de primaria podrán -por fin- interactuar juntos pero solo en las actividades al aire libre: recreo, proyectos educativos o deporte.

En los cursos de la ESO, ya no habrá grupos de convivencia estable pero los pupitres en el aula deberán mantener una distancia de 1,5 metros o 1,2. Si esos metros no están garantizados, la opción que queda son las clases al aire libre, ya sea con pérgolas o toldos. Y si no, la semipresencialidad a partir de 3º.

Los alumnos y alumnas de Bachillerato deberán también mantener en las aulas la distancia de 1,2 o 1,5 metros. El documento oficial del ministerio recuerda que los estudiantes de 2º de Bachillerato están especialmente estrellados con las pruebas de selectividad, así que pide a los institutos “soluciones organizativas” para garantizar la mayor presencialidad posible.

Las aulas, un año más, deberán estar siempre bien ventiladas. A ser posible con ventilación natural cruzada (ventanas y puertas abiertas de forma permanente).

El documento de Educación, que no es definitivo hasta que no incorpore las observaciones de las comunidades, insta a los centros educativos a mantener el protocolo civid de este año para gestionar los casos de niños y niñas que presenten síntomas.