PSOE y Unidas Podemos quieren proyectar fortaleza interna, mostrar cohesión ahora que empieza una segunda parte de la legislatura envuelta en el aroma de un eventual cambio de ciclo producto del huracán del 4-M. Tras la salida de Pablo Iglesias del Consejo de Ministros, los dos socios prefieren apuntalar la coalición y minimizar el ruido interno. Un estilo, impulsado por la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, muy distinto al del exlíder de los morados, que entendía que tensionando el bipartito podía arañar más concesiones a Pedro Sánchez.

Díaz marcó esa nueva impronta este martes, en la primera rueda de prensa posterior a la reunión del Gabinete en la que participaba tras la marcha de Iglesias de la política y tras las elecciones madrileñas de hace una semana. Ella misma, igual que la portavoz, María Jesús Montero, fue vehemente en la defensa de la coalición. Y ambas ministras auguraron larga vida al Ejecutivo bicolor.

Dos vectores guían al Ejecutivo "en este contexto", señaló Díaz: "Unidad y entusiasmo". "Entusiasmo que viene de la mano del peor momento económico y social del país" producto de la pandemia, siguió. Así, el Gobierno, "comandito y unido", dará "lo mejor de sí mismo", estará "a la altura de las circunstancias". Díaz avisó a los que, "desde el minuto menos uno", han tildado al Gabinete de coalición de "ilegítimo", a esos que "representan lo peor de nuestro país", que el Gobierno ha hecho "muchas cosas". "Y lo mejor está por hacer en nuestro país, lo digo alto y claro", sostuvo.

La vicepresidenta tercera enumeró algunos de los proyectos pendientes que van a salir en los próximos meses del horno. Y no por casualidad citó las medidas de dos ministras que habían sido objeto de críticas por parte de Unidas Podemos en la época en la que Iglesias se sentaba en el Consejo de Ministros: Carmen Calvo e Isabel Celaá. A las dos las citó por su nombre. La primera, recordó, culminará pronto la ley de memoria democrática para llevarla al Congreso, y la segunda ultima la modificación de la Formación Profesional. Y ella misma, desde el Ministerio de Trabajo, pretende acabar con la precariedad que sufren las 'kellys', las camareras de piso de los establecimientos hoteleros.

Frente a una "oposición que no ha aportado ideas" y ha "demostrado lo peor de sí misma", dijo Díaz, hay un Gobierno que ha impulsado mecanismos de "protección social" como los ertes o el ingreso mínimo vital. "La etapa es nueva -concluyó-, porque empezamos de nuevo, ya que salimos de una de las mayores crisis de salud del mundo" y la vacunación avanza a buen ritmo.

Montero, a su lado, se apresuró a "corroborar" las palabras de la vicepresidenta tercera. La portavoz tiró del refranero para subrayar que la "adversidad une mucho", y lo ha hecho la travesía por la peor pandemia sanitaria en un siglo y una caída histórica del PIB. "Y lo hemos hecho unidos, trabajando en pos del interés general", sostuvo.

La ministra de Hacienda también dio por inaugurado un nuevo tiempo, ya que arranca la "reactivación económica" y el camino hacia la vuelta a la antigua "normalidad". "Y ahora estamos mucho más unidos que en el momento en que conformamos este Gobierno. Por tanto, larga vida a este Gobierno, que es en lo que estamos trabajando, porque creemos que es bueno para el interés general", remachó la portavoz.