El extesorero del PP Luis Bárcenas ha dado un paso más señalando al PP actual, con el que dice haber negociado, y ha obligado a la dirección de Pablo Casado a defenderse; niegan conversaciones con delincuentes y han avisado de que denunciarán cualquier "calumnia".

El extesorero no da tregua y, a un día de sentarse en el banquillo por el presunto pago en negro de la reforma de la sede del PP, ha afirmado en una entrevista concedida a El Mundo que negoció "enterrar el 'hacha de guerra' con el PP" con dos personas muy vinculadas actualmente al partido.

"Ha habido una negociación -afirma Bárcenas- llevada a cabo por un íntimo amigo mío con dos personas muy vinculadas al PP actualmente, en las que a cambio de enterrar el hacha de guerra con el PP, se me ofrecieron unas contrapartidas muy claras que, una vez más, y empiezo a estar acostumbrado, los interlocutores del PP no han cumplido".

En la entrevista, Bárcenas dice sentirse engañado después de haber mantenido conversaciones con el partido para no tirar de la manta y sitúa en ellas por primera vez a dos miembros vinculados con el PP actual cuya identidad, al igual que la de su represente en la negociación secreta, todavía no quiere desvelar, según El Mundo.

No ha dado nombres, ni apellidos, pero desde su entorno han señalado que una de estas personas formaría parte de la actual Junta Directiva.

El extesorero afirma que recibió "amenazas expresas" por parte de abogados en nombre del PP y que lo que ha habido después "no son mensajes en esa línea", sino directamente una "negociación" en la que ha utilizado a un tercero de su máxima confianza.

Sobre qué le diría ahora al expresidente del Gobierno y exlíder del PP Mariano Rajoy, Bárcenas dice que nada. "Lo que espero -añade- es que se depuren responsabilidades hasta el final y que los responsables de estos gravísimos hechos paguen, como algunos ya estamos pagando por sus (o si se quiere nuestros) delitos".

Esta semana el extesorero del PP Luis Bárcenas aseguraba en una carta remitida a la Fiscalía Anticorrupción que Mariano Rajoy se deshizo en una máquina "destructora de papeles" de la documentación que reflejaba la contabilidad en B del partido sin saber que él guardaba copia.

Es una acusación amplia porque este órgano de dirección, el máximo entre congresos, tiene 367 miembros. Desde el PP reclaman que diga los nombres o deje de hacer el "ridículo".

Segunda ofensiva del extesorero

En plena campaña de Cataluña, el PP vuelve a ver cómo Bárcenas copa todos los titulares, mientras que el partido se ve obligado a defenderse, de nuevo, de sus acometidas.

Este domingo Casado ha protagonizado un mitin en Barcelona, junto al candidato del PPC, Alejandro Fernández, y los presidentes autonómicos de su partido, que han participado de forma telemática.

No ha mencionado expresamente las acusaciones, pero al igual que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sí ha hecho alusiones indirectas.

Sí ha sido explícito el candidato del PPC a la Generalitat, Alejandro Fernández, que ha asegurado que "El PP no es Bárcenas, son Miguel Ángel Blanco y Paco Cano", ha dicho en recuerdo a estos dos concejales populares asesinados por ETA.

Además, el partido contestaba a Bárcenas antes del acto, cuando ha dicho a los periodistas que la actual dirección "nunca" ha hablado con "delincuentes" y actuará "legalmente contra cualquier infundio o calumnia de estrategias procesales que permiten mentir y difamar".

Legado honesto del PP

Casado se desvinculó el viernes de las acusaciones por la caja B, al afirmar en Cope que "ese PP ya no existe", pero este domingo ha afinado su postura y ha reivindicado la trayectoria de su partido.

El PP ha introducido un matiz. Casado fue elegido en primarias para "para pasar página" de una etapa que los afiliados "no reconocen como parte de la historia de un partido fundamental para España, sino de las actuaciones de las personas que determine la Justicia", que "ya no tienen responsabilidades políticas por decisión de la actual dirección".

El problema no es pues del conjunto del PP sino únicamente de "las personas que determine la Justicia". Y prometen mano dura "contra cualquier militante contra el que se demuestre conductas irregulares, sea quien sea".

"Estoy orgulloso del PP que nació en las aldeas, honesto, honrado, de los militantes que ponían su dinero para defender su ideal de una España mejor", ha exclamado Casado desde Barcelona.

Y, tras señalar Bárcenas a los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar, ha reivindicado al PP que creó "siete millones de empleos" que paró "cualquier plan secesionista" o que "siempre ha mejorado la sanidad, la educación y las pensiones".

Ante adversarios que han llegado a proponer una refundación del PP, ha avisado: el PP es "un partido de largo recorrido", es "más necesario que nunca" y volverá al Gobierno "mucho antes de lo que muchos piensan".

El PP culpa al PSOE

En boca de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el PP ha vuelto a culpar al PSOE.

"Lo que está ocurriendo actualmente no es casualidad, está todo perfectamente orquestado para intentar que sigan siempre en un proyecto donde cada vez ellos son más fuertes", ha afirmado y ha lamentado además, sin citar a nadie, que "siempre intentan silenciar al PP".

"Somos la única alternativa al Gobierno radical de Sánchez e Iglesias, que presiden los únicos partidos condenado e imputado, respectivamente, por financiación ilegal en España, que usan la Fiscalía para su beneficio electoral y pretenden asaltar la independencia judicial por interés partidista", han sostenido desde el partido.

Horizonte complejo

Por delante, Casado tiene semanas y meses difíciles.

El juicio de la caja B que empieza este lunes podría extenderse hasta mayo y tendrá como testigos a Rajoy y a Aznar. Además, en el Congreso una comisión investigará la supuesta operación parapolicial para destruir pruebas de la contabilidad en B.

Bárcenas pretende además seguir tirando de la manta. Es su venganza ante el engaño del PP, que según el extesorero le ofreció salvar a su su mujer de la cárcel a cambio de su silencio. Rosalía Iglesias ingresó en prisión el pasado mes de noviembre.

En el PP no preocupa tanto el posible arsenal de Bárcenas -con la salvedad de que tenga algo real contra Rajoy- como el obstáculo que suponen sus acusaciones a su labor de oposición, según señalan a Efe diferentes fuentes.

Los esfuerzos en ser alternativa a Pedro Sánchez se diluyen cuando el caso Bárcenas les impide hablar de fondos europeos, crisis económica o de la vacunación y la respuesta a la pandemia.

Además, a corto plazo el PP se enfrenta la incógnita de qué lugar ocupa en Cataluña, un enfrentamiento clave en el bloque de la derecha porque Vox les pisa los talones y está por ver si logran beneficiarse de la caída de Ciudadanos.

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