Varios estancos de Alicante llevan meses vendiendo cogollos y hachís de CBD, uno de los más de cien componentes del cannabis. Antes de comenzar a hacerlo, enviaron una declaración de responsabilidad al Comisionado para el Mercado del Tabaco del Ministerio de Hacienda, que no se ha pronunciado en firme sobre la comercialización de este producto hasta finales del pasado mes. La sustancia no cuenta con tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo de la planta, aunque el Ministerio de Sanidad tacha de ilegal esta práctica y la Guardia Civil ha empezado a visitar distintos establecimientos para advertir a los encargados.

Las bolsas se refugian bajo etiquetas de "producto aromático", "no apto para la combustión" o "no apto para el consumo humano", aunque la realidad es que el consumidor las compra junto al papel de fumar. El precio del gramo oscila entre los 6 y los 12 euros, hay dosis con distintas cantidades y, aunque se trata de CBD, el contenido de los paquetes tiene el mismo aspecto que cualquier flor común de esta planta.

Para poder venderlas, tal y como hacen los estancos con cualquier otro producto que no sea tabaco, envían una declaración de responsabilidad al Comisionado para el Mercado del Tabaco. "Ellos nunca contestan, solo lo hacen si no permiten la venta", cuenta el dependiente de uno de los establecimientos en cuestión desde el centro de Alicante. "La enviamos hace meses y no nos han dicho nada", añade.

Este comisionado no cuenta con información sobre el número de peticiones recibidas desde la provincia, según ha informado a este diario el Ministerio de Hacienda, y deriva en las autoridades sanitarias el control de este producto.

"El CBD procedente de la planta de Cannabis sativa L., como sucedería con cualquier otro extracto o tintura de cannabis, se considera una sustancia estupefaciente incluida en la lista I de la Convención Única de 1961", ha apuntado el Ministerio de Sanidad al tiempo que explica que el comercio con fines no médicos de esta sustancia incluida en la mencionada lista "contraviene los tratados de fiscalización internacional de drogas".

Parte de la "trampa" con la que se cubre la venta de este producto es el bajo contenido en THC. "Aquí lo que pasa es que hay una gran confusión. El efecto como droga lo da el THC, que solo está permitido en la UE en menos de un 0'2% de concentración en los productos a la venta. Pero el cáñamo, en general, solo está permitido como variedad alimentaria o textil y con unas especificaciones muy concretas. Lo que nunca están permitidos son los cogollos de la planta", explica el abogado alicantino Carlos Zarco.

"El CBD está en un absoluto limbo legal", señala el abogado, a quien le sorprende que «se habla de que es una flor decorativa y la están vendiendo en un estanco diciéndote que no te la fumes".

Zarco opina que hay una "gran inseguridad jurídica motivada por la inoperancia del legislador, de las administraciones públicas tanto a nivel nacional como europeo", y relaciona esta "dejadez" con que se estén "produciendo contradicciones totales". "En unas comunidades autónomas se están interviniendo algunos de estos productos y en otras no", añade. El letrado advierte de una serie de daños y sitúa como necesidad principal el "proteger la seguridad del consumidor".

Cinco de los estancos que se habían sumado a la comercialización de CBD en la provincia y que han sido consultados por este diario, ya han retirado el producto de sus mostradores. Todos lo han hecho en las últimas semanas y uno de ellos el pasado viernes. Lo que les ha motivado a frenar la venta es la comunicación del comisionado del pasado 27 de noviembre, en la que se hace referencia a que ésta entra en la lista de sustancias estupefacientes y advierte "a todos los operadores de que la comercialización de productos de cannabis, independientemente de su contenido en THC, se encuentra prohibida por la Ley". "De cualquier incumplimiento de esta prohibición podrán derivarse las responsabilidades correspondientes de carácter administrativo o incluso de carácter penal, a imponer por las autoridades en cada caso competentes", añade la circular emitida.

Según el testimonio de algunos de los dependientes y propietarios entrevistados, la Guardia Civil se ha personado en sus establecimientos para recordarles la prohibición de la venta de este producto. Una de estas personas asegura que los agentes le han retirado la mercancía que todavía tenía en venta. "No sé aún si me van a sancionar", explica la propietaria.