El PSOE defiende la diversidad frente a quienes propugnan la «crispación»

Santander | OTR Press

Después de que el presidente del PP, Mariano Rajoy, asegurara que en el caso de ganar las próximas elecciones generales del 9 de marzo, quitaría el derecho de adopción a los homosexuales, y de que el secretario ejecutivo de Economía de los populares, Miguel Arias Cañete, afirmara que la inmigración ha empeorado los servicios en España, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero quiso dejar ayer las cosas claras. Zapatero apostó por un país que se base en «la idea de la convivencia, el respeto a la diversidad y un proyecto común» frente a los que propugnan la «crispación y el enfrentamiento» y presentó al PSOE como un partido plural en el que no se «pregunta a nadie sus creencias religiosas, que respeta a todos y que no trata de imponer a nadie sus ideas».

El «objetivo fundamental» del líder socialista «es que nadie empuje a los españoles contra los extranjeros, a los heterosexuales contra los homosexuales, a los castellanos contra los catalanes, al público contra los artistas, y a los católicos contra los que no lo son». Zapatero considera que el país necesita a un líder que «una y no divida» para lo cual propuso desarrollar una España «sensible» con las diferencias pero fuerte en su cohesión social y territorial. Frente a la división y enfrentamiento que, a su juicio promulga Rajoy, el líder del Ejecutivo aseguró que la «inmensa mayoría» de los ciudadanos quieren una «España abierta».

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