Medidas de seguridad
Los Mossos instalan 39 nuevas cámaras en la comisaría de Les Corts de Barcelona para evitar maltratos y falsas denuncias
EUROPA PRESS
Después de que en abril del año pasado se hicieran públicas imágenes y denuncias de varios presuntos maltratos policiales en las instalaciones --que comportaron la suspensión de sueldo y empleo de diversos agentes-- se decidió aumentar las medidas de seguridad para prevenir estas situaciones.
Tras varios meses de pruebas hoy se presentó públicamente el nuevo sistema de videovigilancia, que cuenta con un centenar de cámaras que cubren todos los rincones por los que se mueven los arrestados desde que entran a la comisaría hasta que salen.
Con ello, se ha conseguido prácticamente eliminar las denuncias contra agentes, según aseguró hoy el comisario jefe de los Mossos en Barcelona, Joan Miquel Capell, quien dijo que desde mayo no tiene "constancia" de ninguna denuncia contra agentes de Les Corts por maltratos.
Por su parte, el conseller de Interior, Joan Saura, dijo también hoy, en una entrevista en COMRàdio recogida por Europa Press, que las denuncias en los juzgados por maltratos por parte de mossos disminuyeron en 2007 un 40% respecto al año anterior. De las denuncias presentadas, sólo un 1%, según Saura, se demuestran ciertas, algo que consideró una "buena cifra", aunque se sigue "actuando" contra "actuaciones minoritarias que no son de recibo".
Para el conseller, esta nueva instalación es un "aspecto positivo de garantía" para los agentes y para "prevenir algunas prácticas minoritarias incorrectas que se pueden producir".
CÁMARAS EN PASILLOS Y CELDAS.
El nuevo sistema de vigilancia, que ha costado 200.000 euros y se irá implantando en otras comisarías de Barcelona y Catalunya, permite el seguimiento instantáneo y completo de todos los detenidos.
Cuando un vehículo policial llega al aparcamiento subterráneo de la comisaría entra en lo que se denomina 'represa', donde una puerta metálica evitaría cualquier intento de fuga por parte del detenido. Allí y en todos los accesos hay 32 cámaras que vigilan la llegada de los agentes y el detenido.
Una vez dentro de la zona de custodia todos los pasillos y zonas de paso también están controladas por 29 cámaras, ya instaladas desde el 1 de noviembre de 2005, cuando entró en funcionamiento la comisaría.
El detenido deja sus objetos en el mostrador de entrada, donde se encuentran las pantallas en las que se pueden llegar a ver las imágenes de hasta 16 cámaras y pasa a la sala de cacheos --donde se grabaron con cámaras ocultas algunos supuestos maltratos--, que también está vigilada por una cámara.
A continuación pasan a la sala de reseña e identificación, donde les toman las huellas dactilares y les hacen las fotos identificativas.
Ya dentro de la celda, tanto si es individual como colectiva, hay cámaras en el techo, diseñadas contra el vandalismo y situadas para que no vulneren el derecho a la intimidad de los arrestados, ya que no se ven directamente las letrinas.
Las 35 celdas del centro de detenciones pueden llegar a albergar a un centenar de arrestados, ya que diariamente ingresan, de media, más de 50 personas detenidas en toda la ciudad tanto por los Mossos como por la Guardia Urbana de Barcelona.
ALMACENADAS CUATRO MESES.
Las imágenes son grabadas a velocidades distintas, según si es una zona donde hay más o menos contacto entre agentes y detenidos, para ahorrar memoria en los 3,5 terabytes de los discos duros de almacenaje. Aunque las cámaras graban continuamente, las imágenes sólo se almacenan cuando detectan movimiento, alrededor del 33% del tiempo, también para ahorrar memoria.
Las grabaciones se guardan unos cuatro meses y posteriormente se borran si no hay ninguna denuncia o posibilidad de que un juez las reclame. Las imágenes no se pueden manipular ni editar, por lo que se garantiza su autenticidad ante un juzgado.
Estas imágenes también servirán para la propia formación de los mossos y mejorar las prácticas policiales.
Además de las cámaras, en la comisaría se han llevado a cabo otras reformas para aumentar la seguridad y mejorar el funcionamiento. Entre ellas destaca que se ha elevado el rango del responsable máximo de la zona, que ahora es un inspector, en este caso Jordi Rodón.
Se ha ampliado la capacidad de ventilación para reducir el mal olor y cada día se hace la limpieza integral en cada uno de los dos sectores de la zona de custodia y calabozos. Los empleados encargados de esta limpieza visten monos blancos y van con mascarillas para no respirar los potentes productos desinfectantes, "casi de quirófano", en palabras del inspector Rodón.
También se ha llegado a un acuerdo con el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) para garantizar la asistencia a los detenidos en la comisaría mismo durante las horas en las que el servicio médico propio de los Mossos no está activo.
Otra de las novedades curiosas es el cambio de la pintura de las celdas, de rosado a grisáceo, ya que se ha optado por un color que resista mejor el "uso intensivo" de los calabozos.
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