España nunca olvidará el 11 de julio del 2010. El minuto 116 fue mágico en el Soccer City de Johanesburgo para iluminar a Andrés Iniesta quien empalmó el balón al fondo de la red para que la selección inscribiera en el pecho su primera estrella como campeona del mundo.

La Roja derrotó a los Países Bajos en la prórroga después de un campeonato en el que fue de menos a más y el temple de Vicente del Bosque fue clave para conquistar el título.

La derrota en el debut frente a Suiza en Durban encendió las alarmas. España ya no podía fallar más. Y no lo hizo. A partir de entonces sumó seis victorias consecutivas para alzarse con la Copa del Mundo.

Iniesta empalma el balón que dio el Mundial a España. EFE

El equipo se sacó un peso de encima con el doblete de David Villa ante Honduras (2-0) y se clasificó para los octavos de final derrotando a Chile (2-1) en un partido de enorme tensión. Villa, desde casi el centro del campo, e Iniesta certificaron la victoria.

La fase de grupos fue muy compleja, pero reforzó al equipo para afrontar las duras eliminatorias. Para empezar, en octavos de final, la Portugal de Cristiano Ronaldo en Ciudad del Cabo. Un hueso que fue superado gracias de nuevo a una diana de Villa.

Un once de memoria

España dejó la portería a cero e Iker Casillas no encajaría ya ningún gol más. El cuestionado doble pivote formado por Busquets y Xabi Alonso dio consistencia a un equipo recordado de memoria con el madridista de portero, Ramos, Puyol, Piqué y Capdevila en la zaga; Busquets, Xabi Alonso, Xavi e Iinesta en la medular y en ataque Villa, con la única duda del segundo delantero, que en principio fue Fernando Torres, pero al final Pedro se llevó este privilegio.

Cesc Fàbregas, como revulsivo y autor de la asistencia del gol a Iniesta en la final, fue otro futbolista clave, mientras que el resto del grupo contribuyó formando una gran piña. Raúl Albiol fue el único jugador de campo que no participó, junto a los porteros Pepe Reina y Víctor Valdés.

Cesc, precisamente, ayudó a revolucionar el duelo ante Paraguay del Tata Martino, que se puso muy cuesta arriba y en el que Casillas detuvo un penalti a Cardozo antes de que Villa, de nuevo, marcara el gol del triunfo. Xabi Alonso también falló una pena máxima después de tenerlo que repetir.

Puyol voló más que nadie para marcar el gol ante Alemania. EFE

Un duelo agónico que dio el pase a semifinales con el histórico vuelo de Puyol ante Alemania en un córner servido por Xavi. Neuer no pudo hacer nada frente a una España que jugó un partido redondo y se ganó en Durban su pase para la gran final.

Los Países Bajos tampoco lo pusieron fácil. Mucha dureza y un mano a mano de Robben ante Casillas, que el meta español salvó con la uña del pie derecho. Ya en la prórroga, el genio de Fuentealbilla se encargó de apuntillar la victoria y dejar para el recuerdo su emotiva dedicatoria a Dani Jarque.