Hasta el último momento estuvieron mirando al cielo en Santa Eulària, temerosos de que la lluvia obligara a cancelar la procesión del Santo Encuentro, suspendida ya en Vila a consecuencia de la lluvia (se hizo en el interior de Santa Cruz). Sin embargo, a pesar de que la mañana de domingo estaba plomiza y del ligero chirimiri que mojaba las calles, la Esperanza y el Cristo Resucitado, madre e hijo, se reencontraron, saludaron y bailaron en el centro de la localidad, donde les esperaban cientos de personas, móvil en ristre.
Procesión del Santo Encuentro de Santa Eulària
JUAN A. RIERA
Hasta el último momento estuvieron mirando al cielo en Santa Eulària, temerosos de que la lluvia obligara a cancelar la procesión del Santo Encuentro, suspendida ya en Vila a consecuencia de la lluvia (se hizo en el interior de Santa Cruz). Sin embargo, a pesar de que la mañana de domingo estaba plomiza y del ligero chirimiri que mojaba las calles, la Esperanza y el Cristo Resucitado, madre e hijo, se reencontraron, saludaron y bailaron en el centro de la localidad, donde les esperaban cientos de personas, móvil en ristre.
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Hasta el último momento estuvieron mirando al cielo en Santa Eulària, temerosos de que la lluvia obligara a cancelar la procesión del Santo Encuentro, suspendida ya en Vila a consecuencia de la lluvia (se hizo en el interior de Santa Cruz). Sin embargo, a pesar de que la mañana de domingo estaba plomiza y del ligero chirimiri que mojaba las calles, la Esperanza y el Cristo Resucitado, madre e hijo, se reencontraron, saludaron y bailaron en el centro de la localidad, donde les esperaban cientos de personas, móvil en ristre.
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