La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es uno de los requisitos que debe tener en regla todo conductor cuando su vehículo llegue a una determina edad. De lo contrario se arriesga a recibir una multa que según el concepto puede alcanzar los 500 euros. Para muchos conductores, esta revisión periódica supone un auténtico quebradero de cabeza, la temen, de ahí que genere tanta actividad en los talleres. La mayoría busca asegurarse de que pasarán la inspección y no arriesgarse a suspender de nuevo la prueba.

El descuido o el exceso de confianza están entre los principales motivos de acabar con una ITV fallida. Hasta los conductores más meticulosos han experimentado alguna vez un disgusto en la estación correspondiente cuando le informan que su coche no cumple las condiciones para superar la prueba. Porque puede que el vehículo aparente un perfecto estado, pero hay pequeños detalles casi imperceptibles que los técnicos de la ITV no perdonan. Y están a la vista.

En el parabrisas. Si estos dispositivos no funcionan correctamente será imposible que consigas una ITV favorable. Todos los conductores han comprobado cuánta importancia tienen estos sistemas para los inspectores. Es una de las primeras cosas que se les pide hacer, “ponga el parabrisas”, cuando están en la estación. Sin embargo también es una de las que más se descuida tal vez por la convicción de que su parabrisas funciona. Y puede que lo hagan pero es que además deben funcionar correctamente. ¿Qué significa esto?

De falta leve a grave

Al mismo tiempo que activar el parabrisas los técnicos piden pulsar el botón del chorro de agua. Que no expulse nada de agua o el chorro no salga recto o sin ninguna presión, tiene un pase. Este fallo se considera falta leve. Pero la tipificación del defecto subirá a grave cuando el barrido del cristal sea insuficiente ya sea porque las escobillas del parabrisas están desgastadas o por defectuosas o incluso manipuladas.

De todos los aspectos del estado del vehículo los relacionados con la seguridad tienen prioridad y pesan mucho a la hora de decidir una ITV favorable. Y que el conductor tenga una buena visibilidad al volante depende de un correcto funcionamiento del parabrisas. Así que descuidando este sistema no solo te expones a suspender la ITV, también a sufrir un accidente.