Conflicto en Oriente Próximo

Tregua de 60 días, repliegue de Hizbulá y retirada israelí del sur de Líbano: las claves del alto el fuego

El acuerdo, mediado por Estados Unidos y Francia, tiene 13 puntos que marcan el camino a seguir durante los dos próximos meses para ambos actores que serán monitoreados por un organismo de supervisión

Columna de humo tras un bombardeo del Ejército de Israel contra la capital de Líbano, Beirut (archivo)

Columna de humo tras un bombardeo del Ejército de Israel contra la capital de Líbano, Beirut (archivo) / Europa Press/Contacto/Marwan Naamani

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Buenas noticias en Oriente Próximo. El Gobierno del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, ha aceptado un alto el fuego con el grupo chií Hizbulá en Líbano. A partir del miércoles, dejarán de caer las bombas sobre la tierra libanesa y los drones y cohetes de la milicia ya no cruzarán la frontera hacia Israel. Por la tarde, el gabinete de seguridad, integrado por los principales ministros y la cúpula de seguridad e inteligencia de Israel, ha dado el visto bueno a la propuesta respaldada por Estados Unidos. Netanyahu se ha dirigido al público israelí para prometer que responderá "con fuerza" en caso de que Hizbulá incumpla el acuerdo.

La guerra en el Líbano han matado a 3.823 personas desde el inicio de los enfrentamientos transfronterizos el 8 de octubre del año pasado. Pero la gran mayoría de estas víctimas mortales, unas 3.200, han tenido lugar en los últimos dos meses cuando el Ejército israelí decidió intensificar sus bombardeos contra el país de los cedros, que continuarán esta noche. Además, la violencia contra el sur y el este del Líbano, y los devastados suburbios sureños de Beirut han provocado el desplazamiento de 1,2 millones de personas en un país de 5,3 millones de habitantes. En Israel, 78 personas, 47 de las cuales eran civiles, han muerto, mientras que unas 60.000 han sido desplazadas por el intercambio de fuego con Hizbulá.

El acuerdo, mediado por Estados Unidos y Francia, está integrado por 13 puntos, tal y como ha compartido el diario libanés L'Orient-Le Jour, que ha tenido acceso al texto acordado. El primer punto establece que "Hizbulá y todos los demás grupos armados presentes en territorio libanés se abstendrán de realizar cualquier acción ofensiva contra Israel", mientras que el segundo apunta que "a cambio, Israel no llevará a cabo ninguna ofensiva militar contra objetivos en el Líbano, ya sea en tierra, en el aire o en el mar". A continuación, las claves sobre los próximos días en el Líbano según el acuerdo establecido y el futuro más próximo de un conflicto que ha quebrado a un país ya de por sí roto.

Según las filtraciones a medios hebreos, ambas partes habrían accedido a un desarme del sur del Líbano en una fase inicial de 60 días. Durante este tiempo, se cumpliría con la retirada de personal armado tanto de Hizbulá como del Ejército israelí desde la Línea Azul que estipula la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, establecida tras la guerra de 2006. Las fuerzas de Hizbulá se replegarán al norte del río Litani, y las tropas hebreas abandonarán territorio libanés. El Ejército libanés, supervisado por tropas estadounidenses y francesas, se desplegará en el área vaciada. Las Fuerzas Armadas Libanesas cuentan con un potencial militar mucho menor que el de Hizbulá y han sido también objetivo de los ataques israelíes estos meses. La misión de paz de la ONU en el Líbano, la FINUL, participará en el despeje de la zona con capacidad de monitoreo, no de intervención, como hasta ahora. Durante estos meses de guerra abierta, los cascos azules han resultado heridos en varios incidentes, la mayoría con las tropas israelíes.

A lo largo de estos dos meses, la tregua será monitoreada por un organismo internacional de supervisión liderado por Estados Unidos, e integrado por Reino Unido, Alemania, Francia y previsiblemente un quinto país árabe. Pese a la oposición de Tel Aviv a la presencia de París en el grupo por las tensiones entre ambos países después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, sugiriera en octubre un embargo de armas a Israel para forzarle a una tregua que también abarcara a Gaza, el enviado especial estadounidense, Amos Hochstein, ha logrado convencer a su aliado. A cambio, el Líbano ha aceptado la participación del Reino Unido, de la que también rehuía. "Israel y el Líbano informarán de cualquier violación de estos compromisos al comité y a la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL)", afirma el texto del acuerdo.

A lo largo de estas semanas de intensas negociaciones, ha habido un punto clave que las ha hecho encallar en varias ocasiones, y que aún no se ha acabado de resolver. Israel ha exigido libertad para volver a atacar el Líbano en caso de incumplirse lo acordado. Tel Aviv quiere el derecho firmado para atacar el país de los cedros si Hizbulá se rearma (a través del envío de armas de Irán por Siria), si prepara un ataque contra territorio israelí o si sus milicianos vuelven al sur del país. Según el medio estadounidense Axios, Washington habría dado garantías sobre su apoyo a acciones militares israelíes en caso de actos hostiles de Hizbulá. Medios israelíes apuntan a que el Ejército podrá atacar en caso de existir una amenaza inmediata para Israel, mientras que en el resto de casos será el comité internacional el responsable de actuar en consecuencia. Por su parte, el Líbano se ha comprometido a supervisar la compra y fabricación de armas en el país para que no lleguen al grupo chií. A su vez, el líder de Hizbulá, Naim Qasem, ha denunciado que garantizar a Israel "libertad de acción" supone una violación de la soberanía libanesa, y que el grupo sólo aceptará un acuerdo que suponga un fin "completo y exhaustivo" a la guerra.

Después que hayan transcurrido estos 60 días, Israel y el Líbano llegarán a una fase de negociación de la demarcación de la frontera entre ambos países, ya que en la actualidad hay una divisoria, la Línea Azul, fijada por la ONU tras la guerra de 2006. "Estados Unidos intensificará las negociaciones indirectas entre Israel y el Líbano para lograr una delimitación internacionalmente reconocida de la frontera terrestre", dice el texto del acuerdo. Israel asegura que no pretende establecer una zona de amortiguación en el sur de Líbano, pero tampoco devolverá a los presos de Hizbulá tomados durante el conflicto en el país de los cedros. Por su parte, el diputado de Hizbulá, Hasán Fadlallah, ha confirmado a Reuters que "seguirán adelante, continuarán". "La prueba es que cuando termine la agresión de Israel contra el Líbano, entonces la Resistencia [Hizbulá] que estaba luchando en el campo de batalla estará trabajando para ayudar a su gente a regresar [a casa] y reconstruirse", ha añadido. La amplia devastación a lo largo y ancho del país, sobretodo en el este y el sur, ha dejado a muchas familias sin hogar con un Estado libanés en quiebra sin capacidad para sufragar los gastos masivos de la reconstrucción.

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