Proyecto de ley

El Gobierno de Alemania regula el consumo y cultivo "legal y ordenado" del cannabis

La "legalización ordenada" del cannabis se dirige a los mayores de 18 años y establece un máximo de 25 gramos como cantidad adquirible en los locales establecidos y con la licencia oportuna

El ministro de Sanidad alemán, Karl Lauterbach.

El ministro de Sanidad alemán, Karl Lauterbach. / EFE

Marina Ferrer

Hasta tres plantas de cannabis para el autocultivo o la posesión de 25 gramos destinados al "consumo personal", que deberán adquirirse en asociaciones específicamente creadas para este fin: estas son las líneas maestras del proyecto de ley aprobado este miércoles por el Consejo de Ministros alemán para la denominada "legalización ordenada" del cannabis. Se dirige a los mayores de 18 años y establece ese máximo de 25 gramos como cantidad adquirible en los locales establecidos y con la licencia oportuna más mecanismos de control necesarios para hacerlo.

Fue presentado por el ministro de Sanidad, el socialdemócrata Karl Lauterbach, médico de profesión y, en el pasado, contrario a despenalizar una droga cuyo consumo, reconoce, entraña sus peligros, especialmente para los más jóvenes. La legalización controlada forma parte del pacto de coalición suscrito entre los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz, los Verdes y los liberales al inicio de la legislatura, en 2021. A Lauterbach le correspondió, por tanto, ponerla en marcha.

El proyecto de ley representa "un punto de inflexión en la política alemana" sobre el consumo de drogas, afirmó el ministro, mientras desde la oposición conservadora, asociaciones de jueces, sector médico e incluso ámbito policial se echaba el grito al cielo ante las dificultades e incertidumbres que, para los detractores de su legalización, entraña dar ese paso.

Consumo "seguro"

"Mi propósito no es extender o promover el consumo de una droga denominada blanda, sino limitarlo y hacerlo más seguro", sostuvo el ministro. Alemania no se dispone a seguir ejemplos "poco positivos" de legalización, como los implantados en Países Bajos o Estados Unidos, que han llevado a un incremento del consumo, sino "dotarse de una regulación que frene su mercado negro". Algo que ocurrirá en el momento en que en lugar de "ir a un parque de Kreuzberg o de Prenzlauer Berg" a por la sustancia, añadió, en alusión a dos barrios de Berlín conocidos como puntos fuertes para los traficantes, existan locales legalizados donde adquirirla "de forma segura". El cultivo de la planta para autoconsumo tendrá lugar en asociaciones o clubes de hasta 500 miembros, que tendrán así acceso a los 25 gramos diarios o un máximo de 50 gramos al mes.

Lauterbach sostiene que con su regulación se podrán atajar de golpe varios problemas sustanciales. El principal, la criminalidad asociada a su tráfico. Desde el sector policial se rebate esta afirmación, ya que se considera que el mercado negro paralelo, lejos de quedar suprimido, crecerá. A su parecer, la posibilidad de acceder a la droga legalmente generará nuevas adicciones.

Desde la oposición conservadora se ha apremiado al ministro a bloquear el proyecto antes de su entrada en el trámite parlamentario. Las críticas sobre la regulación formulada por el ministro socialdemócrata se han extendido también en el seno del tripartito de Scholz. Los Verdes, como los liberales, la consideran demasiado restrictiva. Especialmente en lo que concierne a la dosis máxima marcada, algo que rechazan "de plano" los liberales, según la portavoz de su grupo parlamentario, Kristine Lütke.