Nuevas negociaciones

Sunak y Von der Leyen acuerdan cooperar para frenar las entradas ilegales de inmigrantes al Reino Unido

El primer ministro británico y la presidenta de la Comisión Europea subrayan su interés común en abordar el tráfico de personas y el crimen transfronterizo

Ursula von der Leyen y Rishi Sunak.

Ursula von der Leyen y Rishi Sunak.

Lucas Font

El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha salido satisfecho de sus encuentros con los líderes europeos en la cumbre del Consejo de Europa, celebrada este martes y miércoles en Reikiavik. El principal objetivo de Sunak era poner sobre la mesa uno de los temas más candentes en este momento en el Reino Unido: el control de la llegada irregular de inmigrantes a través del Canal de la Mancha. Un asunto que ha tratado a última hora de este martes con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quien ha mostrado su voluntad de reforzar la vigilancia a través de la agencia Frontex.

"El primer ministro y la presidenta Von der Leyen han subrayado que tanto el Reino Unido como la Unión Europea tienen un interés común en abordar el tráfico de personas y el crimen transfronterizo", ha explicado Downing Street en un comunicado. Los dos líderes han acordado reforzar la cooperación y trabajar en un nuevo "acuerdo de trabajo" para resolver los desafíos "operacionales y estratégicos, incluida la situación en el Canal de la Mancha". Las conversaciones de este martes han sido la semilla de unas negociaciones que tienen como objetivo intercambiar información de inteligencia y recursos humanos entre las dos partes.

Ley polémica

Además de acercar posturas con la UE, Sunak también ha mantenido una reunión con la presidenta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), Síofra O’Leary, para defender la polémica Ley de Inmigración Ilegal, que pretende detener y deportar a terceros países a los inmigrantes que lleguen al Reino Unido de forma irregular. El objetivo del primer ministro británico era presionar a los 46 países miembros del Consejo de Europa para reformar la regla 39, que sirvió para frenar a última hora la deportación de inmigrantes a Ruanda desde el Reino Unido el pasado junio.

Las intenciones de Sunak, sin embargo, se han visto frenadas por representantes de los países miembros presentes en la cumbre. Entre ellos el ministro de Exteriores de Islandia, Thordis Gylfadottir, quien ha respondido al primer ministro asegurando que el propósito de la cumbre no es reformar normas del TEDH. "Los líderes están confirmando su compromiso con el sistema de protección de los Derechos Humanos, y el tribunal es la piedra angular de esta protección", ha afirmado Gylfadottir a BBC Radio 4.

Presión migratoria

El debate migratorio está colocando presión sobre Sunak, que en los últimos días ha recibido críticas por no conseguir frenar la llegada de inmigrantes irregulares por el Canal de la Mancha. Unas críticas que vienen en gran medida de su propio partido y que se han extendido a la llegada de migrantes por la vía legal, que registró cifras récord en 2022. La ministra del Interior, Suella Braverman, ha salido a la palestra esta semana con un discurso duro a favor de limitar la concesión de visados de trabajo y de formar a ciudadanos británicos para desempeñar empleos ocupados mayoritariamente por inmigrantes, como transportistas o trabajadores del campo. Las palabras de Braverman se han interpretado como una forma de crear perfil propio de cara a una posible candidatura para reemplazar a Sunak al frente del Partido Conservador.

La posición de Braverman, sin embargo, cuenta con el rechazo de otros miembros del Ejecutivo, que apuntan a que poner trabas a la llegada de migrantes por la vía legal supondría un estancamiento de la economía británica. El objetivo de Sunak en los próximos meses será el de lograr un equilibrio entre la necesidad de cubrir una falta de mano de obra cada vez mayor y el combate a la inmigración irregular, una de las proclamas más fuertes del ala dura de su partido, defensora acérrima del Brexit. 

Revisión del Brexit

Las consecuencias del Brexit no sólo están golpeando a la economía británica en la dificultad para retener mano de obra extranjera, sino también en la posible salida de grandes inversores. El último en contemplar esta posibilidad ha sido el fabricante de vehículos Vauxhall -filial del mismo grupo que controla Citröen y Peugeot-, que ha advertido de que si no hay una revisión del acuerdo comercial del Brexit abandonará la fabricación de coches en el Reino Unido.

El anuncio ha desencadenado nuevas críticas al Gobierno de Sunak, en este caso por parte del líder de la oposición, Keir Starmer, quien ha defendido una "mejora" del acuerdo comercial con la Unión Europea en caso de ganar las elecciones el próximo año. "No vamos a volver a ingresar en la UE, pero sí necesitamos mejorar el acuerdo para lograr una relación comercial más estrecha. Queremos asegurarnos de que Vauxhall y muchos otros no sólo sobreviven en este país, sino que también prosperan", ha asegurado a la BCC. Las críticas a Sunak, que está cargando con las promesas incumplidas del Brexit, están dificultando su objetivo de dar la vuelta a las encuestas y lograr una victoria conservadora en las elecciones generales del próximo año.