La XXVIII Cumbre Iberoamericana concluye este sábado en Santo Domingo con la aprobación de una Carta Medioambiental calificada de "hoja de ruta ambiciosa" por el jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez. El documento expresa la voluntad de los 22 países de lograr el compromiso común de un desarrollo sostenible para hacer frente a "los desafíos globales del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación, la deforestación, la desertificación, la pérdida de los glaciares, la sequía, la degradación de los suelos, la escasez de recursos hídricos y la contaminación de los océanos, así como el aumento de riesgo de desastres".

Es la primera vez desde 1991, el año que comenzaron estas reuniones iberoamericanas, que la cuestión climática ocupa semejante centro de gravedad de las discusiones. El documento considera que la emergencia supone "responsabilidades comunes" de todos los actores internacionales pero "diferenciadas" en función de sus capacidades. La Carta busca ser un instrumento de promoción tanto del desarrollo económico como "el disfrute de un medio ambiente limpio, saludable y sostenible por las presentes y futuras generaciones".

El documento consensuado por los ministros de Exteriores no refleja del todo los términos de la discusión que se dio a nivel de los presidentes y jefes de Estado. El representante de Bolivia, Luis Arce advirtió que el agua amenaza con tornarse en la región un "elemento vital cada vez más escaso". El mandatario chileno, Gabriel Boric, llamó a impedir que la ultraderecha y la "posverdad# desacrediten los discursos sobre la crisis climática.

El presidente colombiano Gustavo Petro remarcó que los graves problemas derivados del cambio climático tienen una causa "que hay que develar si se quieren solucionar" y es la acumulación de capital por parte de las corporaciones que explotan el combustible fósil. "Hay que reequilibrar la vida humana con la naturaleza. Estamos en una situación difícil. Si no se hace nada la tierra será inhabitable en 2070, nuestros nietos no podrán vivir". Petro señaló que la migración latinoamericana es, en parte, producto de la crisis climática. "No podemos perder tiempo en una guerra cuando la supervivencia se acorta por la crisis climática. Pedir la paz se vuelve sustancial si queremos que la humanidad se concentra en su principal problema que provoca hambre y muerte".

La cuestión digital

La cita dominicana finaliza con otro documento importante, la Carta de Principios y Derechos en los Entornos Digitales. Los países instaron a reducir las desigualdades y cerrar la brecha digital; impulsar el acceso a la conectividad asequible y de calidad así como fomentar entornos digitales seguros, confiables y que garanticen la privacidad de las personas.

Por último, la Cumbre ha diseñado una "ruta crítica para alcanzar una seguridad Alimentaria incluyente y sostenible" en Iberoamérica. Durante los debates, Petro puso en entredicho el concepto de "seguridad", por relacionar con la retórica neoliberal, y prefirió hablar de "soberanía alimentaria". Se reconoce en el texto final que "en el complejo contexto internacional agravado por la situación del conflicto bélico" se dificulta el desarrollo de una seguridad alimentaria incluyente y sostenible.

La crítica a la invasión rusa a Ucrania fue compartida por varios de los presidentes. Todos los participantes de la reunión en Santo Domingo destacaron el valor de la cooperación y el multilateralismo. "En un mundo tan convulso todas las naciones de la comunidad deben mantenerse unidas, cuenten para ello con la voluntad de España", dijo el rey, Felipe VI. Sánchez destacó en la misma dirección la importancia que reviste la llegada de España a la presidencia del Consejo de la UE y la reunión que la zona europea tendrá en julio con la Comunica de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). El encuentro, dijo, tendrá un importante alcance político y ejecutivo "con una agenda compartida de inversiones vinculados con la agenda económica y social".

Algunas voces discordantes

Como era de esperar, el nicaragüense Daniel Ortega faltó a la cita. Boric no pasó por alto la grave situación que atraviesa ese país centroamericano. Según el joven presidente chileno, a pesar de las "legítimas diferencias políticas" que existen entre los países, "compartimos valores comunes, fuera de la democracia no hay libertad y dignidad posible". Recordó al respecto que en setiembre de este año se cumple medio siglo del golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende. "La dictadura nos enseñó los riesgos de relativizar la democracia y los derechos humanos, por eso, no es aceptable callar ante la dictadura familiar de Ortega y (Rosario) Murillo". Boric repudió la deportación y el retiro de la nacionalidad de más de 200 opositores. "Ortega debe saber que la patria se lleva en el alma y la sangre".

El cubano Miguel Díaz Canel acudió en auxilio de su aliado de Nicaragua y consideró que Ortega es objeto de hostigamiento internacional, lo mismo que su propio país. "Estados Unidos se empeña en desestabilizar el país y destruirnos. El daño humano que ocasiona esa política es cruel". Petro, por su parte, criticó la destitución parlamentaria del presidente peruano Pedro Castillo, quien se encuentra bajo prisión preventiva. “¿No deberíamos rehacer el pacto democrático para que cualquiera sea protegido independientemente de sus posiciones políticas?”, se preguntó.