El presidente ruso, Vladímir Putin, ha recibido este miércoles en Moscú a su homólogo sirio, Bashar al Asad, uno de sus aliados más próximos y uno de los pocos socios que se sitúa a su lado sin plantearle "peros" o condicionantes. De hecho, tras el encuentro, Asad ha defendido al Kremlin usando la misma retórica y empleando el mismo vocabulario que utiliza el oficialismo ruso para referirse el conflicto con Ucrania, reiterando su apoyo a la "operación especial" contra los que ha calificado como "viejos y nuevos nazis". "Son viejos y nuevos porque Occidente acogió a los viejos nazis en su suelo y ahora los está apoyando de nuevo", ha añadido.

Había expectación ante el encuentro, pues el líder sirio traía con él a la capital rusa a un buen número de ministros, que fueron recibidos por personalidades como el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia y enviado especial del presidente ruso para Oriente Medio y África, Mijaíl Bogdánov; el embajador de Siria en Rusia, Bashar al Jaafari; y el embajador de Rusia en Siria, Aleksándr Yefímov.

Esta ha sido la primera visita oficial del presidente sirio a Rusia desde que empezó la ofensiva en Ucrania, y también la primera que ha realizado fuera de Oriente Próximo después del terremoto que golpeó a Turquía y Siria el pasado 6 de febrero. "Me gustaría agradecer a los ministerios y entes [gubernamentales] de la Federación de Rusia que ayudaron a enfrentar las consecuencias de los terremotos", ha manifestado. Según ha destacado, gracias a este apoyo "el número de víctimas y la magnitud de los daños se han reducido considerablemente". Después de la catástrofe, Rusia fue uno de los países que envió ayuda a Siria. Damasco criticó la falta de apoyo de Occidente por las sanciones europeas y estadounidenses al país.

Implicación en la guerra civil siria

Por su parte, Putin ha señalado que la situación actual en Siria es resultado de "esfuerzos conjuntos" de ambos países y a la "contribución decisiva de las Fuerzas Armadas rusas". Según el líder del Kremlin, gracias a la aportación rusa "se lograron resultados significativos en la lucha contra el terrorismo internacional". Y es que Asad debe su permanencia en el poder ante todo a Rusia. Para luchar contra los rebeldes prodemocracia y los yihadistas de Estado Islámico, las tropas y aviones militares rusos participaron junto a las fuerzas oficialistas en la guerra civil que empezó en 2011 y aún prosigue abierta en la actualidad.

Fueron especialmente importantes los bombardeos a posiciones rebeldes por parte de la aviación rusa, incluyendo aquellos que se realizaron sobre posiciones civiles como hospitales. Por ello Siria es a día de hoy uno de los mayores aliados de Rusia en Oriente Próximo, tal y como demuestran hechos como posicionarse de forma sistemática en Naciones Unidas junto con Moscú o el reconocimiento de la anexión de territorios ucranianos - tanto Crimea como Jersón, Zaporiya, Donetsk, y Lugansk - por parte de Rusia. 

Esa ayuda ha sido recompensada con el permiso de Damasco para que Rusia tenga bases militares en el país árabe, tanto en Hmeymim, en la provincia de Latakia como la base naval de Tartús, en el Mediterráneo, la única de este tipo en aguas cálidas fuera del territorio que fue parte de la Unión Soviética.