La tasa de retorno a sus países del origen de las personas que no tienen derecho a protección internacional y no cumplen con los requisitos para permanecer en la Unión Europea sigue siendo extremadamente baja. "El año pasado se situó en el 21% de todos aquellos que no tienen derecho a quedarse. Esto obstaculiza y erosiona la confianza en el sistema", ha advertido este martes la comisaria de Inmigración, Ylva Johansson, durante la presentación de las nuevas recomendaciones a los Veintisiete para gestionar mejor las fronteras y garantizar el reconocimiento mutuo de las órdenes de expulsión que adoptan los gobiernos europeos. 

Según datos de Eurostat, de las 340.000 órdenes de expulsión emitidas hace dos años solo se ejecutaron el 21% y cinco Estados miembros -Alemania, Francia, Italia, Chipre y Suecia- fueron los responsables del 80% de las mismas. "Podemos hacer mucho más. Hay que evitar las llegadas irregulares e incidir más en los retornos", ha insistido la sueca urgiendo a los gobiernos a aprovechar mejor unidad de retornos creada en el seno de la agencia europea de fronteras (Frontex) para coordinar las devoluciones a terceros países. Este miércoles, de hecho, un vuelo gestionado por la agencia viajará a Bangladesh con 68 personas a bordo.

Bruselas quiere suplir los obstáculos que existen a la hora de devolver inmigrantes cerrando las lagunas que persisten en el sistema. Por ejemplo, el reconocimiento mutuo de órdenes de retorno ya existe hoy en día pero pocos países lo utilizan por las dificultades que existen para saber si una persona tiene una orden de expulsión. Una brecha resuelta desde el pasado 7 de marzo gracias a la inclusión en el Sistema de Información de Schengen de alertas inmediatas cada vez que un país de la UE adopta una decisión de retorno hacia un país tercero. Esto, sostiene la Comisión, permitirá acelerar la ejecución de los retornos en cualquier punto del territorio comunitario. 

Gestión integrada de fronteras

Aunque no existen datos, "hoy en día una persona que ha solicitado asilo con una decisión negativa, es decir, orden de retorno, se puede ocultar y aparecer en otro Estado miembro e iniciar el proceso de nuevo allí", reconoce Johansson. Un "truco" que permite abusar del sistema y evitar la devolución. "Con esta propuesta vamos a clarificar la situación de los movimientos secundarios y comprender mejor lo que está pasando", ha añadido. Además de las recomendaciones para acelerar los retornos, la Comisión Europea ha adoptado una comunicación sobre la gestión integrada de las fronteras para el período 2023-2027 con la que aspiran a mejorar la coordinación a escala nacional y europea.

"Con esta primera estrategia plurianual de gestión europea integrada de las fronteras, nos aseguramos de que todas las actividades de los Estados miembros y de Frontex -desde la vigilancia de las fronteras hasta la lucha contra el tráfico ilícito de migrantes o los retornos- se guían por el mismo conjunto de principios comunes y obtienen resultados sobre el terreno", ha explicado el vicepresidente de Promoción del Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas. La agencia Frontex dispondrá ahora de seis meses para traducir las recomendaciones estratégicas en una estrategia operativa y técnica y los Veintisiete tendrán 12 meses para actualizar sus estrategias nacionales.

En materia de retorno, para supervisar la aplicación de la recomendación europea, los Estados miembros tendrán que informar cada año a la Comisión, particularmente sobre el número de decisiones de retorno mutuamente reconocidas de otros Estados miembros. Está previsto que Bruselas dedique financiación del fondo de asilo de inmigración e integración y del instrumento de gestión de fronteras para el reconocimiento mutuo de decisiones y equipar mejor a los guardias de fronteras y costas.