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La lucha por la igualdad

Repaso a la paridad en Europa y EEUU: a golpe de leyes, pero aún lejos de alcanzarse

La mayoría de países de Europa cuentan con leyes que velan por una participación mínima femenina en la empresa privada, y otros fijan cuotas en las listas electorales, pero la paridad sigue sin alcanzarse

La Asamblea Nacional francesa, en un imagen de archivo. EFEE

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el anteproyecto de ley de representación paritaria en órganos de decisión que establece una cuota de mujeres para órganos de Gobierno como el Consejo de Ministros y otros espacios de toma de decisiones como la dirección de grandes empresas, que deberán garantizar que el 40% de sus componentes son mujeres.

La mayoría de países de Europa cuentan con leyes que velan por una participación mínima femenina en la empresa privada, y otros fijan cuotas en las listas electorales, pero la paridad sigue sin alcanzarse. Mientras que en EEUU, la cláusula de protección igualitaria de la Constitución federal o de las estatales impide legislar en este sentido y la paridad está a merced de la voluntad de partidos y empresarios.

El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, ha repasado el estado de la cuestión en el continente europeo y en EEUU:

Francia: las carteras más importantes, en manos masculinas

La Asamblea Nacional francesa aprobó a finales de 2021 una nueva ley que establece cuotas de una presencia mínima de mujeres en los consejos de administración y cargos directivos. Ese texto impulsado por la diputada centrista Marie-Pierre Rixain tenía como objetivo feminizar las direcciones de las empresas de más de 1.000 trabajadores. Según la ley Rixain, estos grupos deberán tener un mínimo de un 30% de mujeres en los consejos de administración y puestos directivos en 2027. Un porcentaje que aumentará hasta un 40% tres años después.

Todas aquellas empresas que no respeten la norma podrían ser sancionadas. La legislación incluye una penalización financiera, que podría ser de hasta el 1% de la masa salarial de la empresa. No obstante, el Ministerio del Trabajo deberá determinar esta posible sanción en función de la situación económica y los esfuerzos para lograr una presencia más equitativa entre hombres y mujeres.

Esa iniciativa legislativa iba en la misma dirección de otra ley, aprobada en 2011, que establecía cuotas y pretendía aumentar el número de mujeres en los consejos de administración y de supervisión en las empresas. Pese a los avances en las últimas décadas, el mundo de la empresa en Francia aún no logró la igualdad entre hombres y mujeres, especialmente, en los puestos de mayor responsabilidad de los grandes grupos que cotizan en la bolsa de París. Solo cinco mujeres presiden o dirigen empresas del CAC 40, lo que representa apenas un 7,4%.

Respecto a la política, la actual primera ministra, Élisabeth Borne, representa la segunda mujer que lleva las riendas de un Ejecutivo en la historia de la V República francesa, proclamada en 1958. El actual Gobierno es paritario, aunque los ministerios más importantes (Economía, Interior, Defensa, Trabajo o Sanidad) continúan en manos masculinas. El porcentaje femenino en la actual Asamblea Nacional es del 37%, uno de los más elevados en la historia de Francia. Una ley de 2013 exige listas paritarias en las elecciones departamentales (equivalente de las provincias) y en las municipales en las ciudades de más de 1.000 habitantes. Enric Bonet (París)

Italia: Meloni, la primera 'primer ministro' mujer

En Italia existen desde 2011 las llamadas cuotas rosas. Esta legislación, llamada ley Golfo-Mosca (por sus promotores), prevé que haya una presencia de al menos del 30% del género menos representado en consejos de administración cotizados en la bolsa y colegios sindicales. La medida ha hecho aumentar la presencia de las mujeres en centros de decisión en todos los sectores de la sociedades, desde la política a la economía, al partir de índices de presencia femenina muy bajos. Un ejemplo es el del Parlamento italiano, donde en 2004 las mujeres sumaban apenas el 10% del total de los integrantes de ese hemiciclo.

Aún así las últimas elecciones generales italianas arrojaron un retroceso. De un 35% de mujeres en el Parlamento anterior, se ha pasado a un 31% en el actual, que lidera una coalición formada po el ultraderechista Hermanos de Italia (FdI) junto con la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi.

Con todo, los mismos comicios le han dado a Italia la primera jefa del Gobierno, Giorgia Meloni. Pero Meloni no ha puesto el acento en la cuestión de la representatividad de las mujeres. Al revés, la política ultraderechista ha decidido que se la llame 'primer ministro', en lugar de 'primera ministra', al alegar que se trata de un cargo público.

Según los analistas, la legislación italiana sí ha aumentado la presencia de las mujeres en los puestos de poder en la sociedad, pero no ha ido más allá de lo taxativo, ni ha establecido prácticas más vanguardistas. Además de ello, existen trucos. Por ejemplo, si una compañía deja de cotizar en la bolsa, ya no está obligada a cumplir con las cuotas rosas.

Para más inri, existe una escasez de mujeres presidentas o consejeras delegadas en todo el país. En el caso de los diarios, por ejemplo, esto es particularmente evidente: en la actualidad no hay ni una mujer directora en los mayores rotativos italianos ni de revistas. Ni tampoco hay consejeras delegadas en las principales grandes empresas con capital público italiano, como ENI, Enel, Leonardo o Poste Italiane. Irene Savio (Roma)

Alemania: el tripartito no cumple con la paridad

Ni el tripartito de Olaf Scholz ni el Parlamento federal (Bundestag) cumplen con la paridad. La coalición de gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales está integrada por 16 ministros -además del canciller-, de los cuales siete son mujeres. Al inicio de la legislatura sí fueron ocho y ocho, pero el relevo en Defensa de la socialdemócrata Cristine Lambrecht por su correligionario Boris Pistorius rompió el equilibrio. No hay ninguna ley que imponga una cuota mínima, cada partido fija sus propias normas.

Solo los Verdes cumplen con creces con el objetivo del reparto paritario -con tres ministras y dos ministros-, mientras que los liberales ni se lo plantearon -tres de sus cuatro ministerios los ocupan hombres. De los siete ministros socialdemócratas, cuatro son hombres, además del canciller.

En el Parlamento de la actual legislatura un 34,8% de los escaños está ocupado por diputadas. Sólo dos partidos cumplen con la paridad, los Verdes y la Izquierda, con un 59,3 y un 53,8% respectivamente. Entre los socialdemócratas los escaños ocupados por diputadas está en un 41%, tanto los conservadores como los liberales sobre el 23% y, finalmente, la ultraderecha tiene apenas un 13,3% de sus puestos parlamentarios ocupados por diputadas.

La cuota femenina por ley en el ámbito empresarial se implantó en 2016, bajo la última gran coalición entre conservadores y socialdemócratas de la canciller Angela Merkel. Afecta a los consejos de administración de las firmas del DAX40 y establece que un 30% de esos puestos serán ocupados por mujeres.

Casi un 60% de las mujeres entre 15 años y hasta la edad de jubilación –66 años-- son laboralmente activas y cotizan en la seguridad social, un porcentaje algo inferior que el de hombre -un 65,9%-. Pero el porcentaje de las que trabajan a tiempo parcial se sitúa en el 40%, mientras que en los hombres esa cuota se sitúa en el 13%. La brecha salarial de las trabajadoras respecto a los trabajadores se sitúa en el 18,1%, según los datos difundidos esta semana por la Agencia Oficial de Empleo. Marina Ferrer (Berlín)

Bélgica: paridad solo en el Ejecutivo federal

De los 15 ministros -incluido el primer ministro Alexander de Croo- y los cinco secretarios de Estado que componen actualmente el Gobierno Federal de Bélgica, 9 son hombres y 11 mujeres, que ocupan carteras de peso como Exteriores, Defensa, Energía e Interior aunque el núcleo duro que conforma el llamado Kern, el Consejo de Ministros restringido que habitualmente trata los expedientes más sensibles y formado por el 'premier' y los siete viceprimeros ministros. Está compuesto prácticamente en exclusiva -solo participa una mujer- por hombres. La primera vez que Bélgica introdujo una iniciativa para reforzar la participación femenina y lograr un mayor equilibrio en la toma de decisiones fue hace casi tres décadas, en el año 1994, con la aprobación de una ley que prohibía a los partidos políticos presentar listas electorales en las que más de dos tercios fueran miembros del mismo sexo.

La utilización de esta especie de sistema de cuotas fue considerado como el mejor modelo para reequilibrar la participación y la situación se ha ido poco a poco equilibrando aunque sin llegar a la paridad. A nivel federal, europeo y regional se aplicó por primera vez en 1999 y desde entonces la presencia de mujeres ha ido creciendo hasta alcanzar en 2019 el 42% en el Parlamento y el 45% en el Senado. Sí hay paridad en el Gobierno federal -del 22% en 2014 al 50% al comienzo de la actual legislatura-, aunque a nivel parlamentario la presencia de las mujeres en las cuatro cámaras regionales se sitúa entorno al 42% y en el 38% en el Parlamento Europeo. Desde 2006 en Bruselas y Valonia y 2012 en Flandes es obligatoria además la alternancia de hombre-mujer en las dos primeras plazas. Desde hace cinco años también hay reglas para reforzar la representación en ayuntamientos y región mientras que todos los gobiernos del país deben contar al menos con un tercio de hombres o de mujeres.

En cuanto a la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas públicas, una ley de 2011 prevé que al menos un tercio de los miembros deben ser del sexo menos representado. Además, la directiva europea aprobada el año pasado para impulsar la presencia de las mujeres en los consejos de administración ha hecho repuntar la tasa de mujeres también en el ámbito privado. Según el Instituto para la Igualdad de Hombres y Mujeres de Bélgica, la presencia de mujeres se ha cuadruplicado pasando del 8,3% en 2008 al 34,1% en 2020. El único punto negativo, según este organismo, es que hasta mediados del año pasado solo el 5,6% de las empresas tenían a una mujer al frente del consejo de administración. Silvia Martinez (Bruselas)

Países Bajos: cuotas voluntarias en la política

De los 28 ministros y secretarios de Estado que acompañan al liberal Mark Rutte en el Gobierno de coalición de Países Bajos, 14 son mujeres, lo que significa que el holandés es otro de los países que ha logrado instaurar la paridad en sus filas aunque no dispone de legislación vinculante y son los partidos quienes deciden, de forma voluntaria, si aplican cuotas de género para reforzar la presencia femenina en sus listas electorales. Lo mismo ocurre en SueciaFinlandia Dinamarca. De hecho, aunque la Constitución neerlandesa recoge la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la igualdad de género no se ha incorporado a la ley electoral. Se considera una cuestión de subsidiariedad y son los partidos políticos los responsables de poner en práctica la representación femenina en las listas de candidatos. Esto hace que aunque la presencia femenina haya aumentado en los últimos años y se sitúa por encima de la media europea, todavía no existe una paridad ni en la Cámara baja, ni en el Senado ni en el Parlamento Europeo, donde 13 de los 29 eurodiputados (44,7%) son mujeres.

Lo que sí ha aprobado el Gobierno de Países Bajos es la legislación para aumentar la presencia femenina en los consejos de administración de las empresas, con dos medidas. En primer lugar, una cuota en los órganos de supervisión de las empresas que cotizan en bolsa para ayudar a garantizar que hombres y mujeres ocupen cada uno al menos un tercio de los puestos. En segundo, la norma obliga a las grandes empresas públicas y privadas de responsabilidad limitada a establecer ratios objetivos adecuados y ambiciosos para mejorar la diversidad de género en sus consejos y entre su personal de alta dirección con la obligación de informar anualmente de sus progresos. Silvia Martinez (Bruselas)

Portugal: un mínimo del 40% por ley

La ley de representación equilibrada, aprobada en Portugal en 2017, obliga a todas las empresas cotizadas en bolsa a tener una representación mínima del 33,3% de mujeres en sus consejos de administración, así como a contar con planes de igualdad que promuevan medidas para alcanzar el mismo trato y las mismas oportunidades entre hombres y mujeres. La ley fue modificada para ampliar la representación mínima de mujeres en los altos cargos de la administración directa o indirecta del Estado -incluyendo institutos, fundaciones y órganos gestores de universidades públicas-, que desde 2019 debe ser superior al 40%.

Este porcentaje también se aplica a las listas electorales, ya sea en las elecciones legislativas, europeas o municipales. La ley especifica que, en caso de que no sean respetadas las cuotas por algún partido político, la lista será rechazada y no podrá concurrir a los comicios. Pero a pesar de estas modificaciones, la paridad tanto en el Gobierno como en el Parlamento y en las cámaras municipales está lejos de alcanzarse. En el caso del Ejecutivo, la igualdad en lo que se refiere a los ministros -nueve hombres y nueve mujeres- se ve descompensada con los secretarios de Estado -29 hombres y 12 mujeres-. En el caso del Parlamento, las mujeres representan el 40% del total.

Los cambios en las leyes han permitido a Portugal avanzar ligeramente en el ámbito de la igualdad en el acceso a los puestos de poder y de toma de decisiones, según el Índice de Igualdad de Género de 2022. El país mejoró 1,9 puntos respecto al año anterior, alcanzando los 55,5 puntos, aunque sigue por debajo de la media de la Unión Europea, de 57,2. Lucas Font (Lisboa)

Reino Unido: una mastodóntica ley para promover la igualdad de oportunidades

En el Reino Unido no hay una ley que obligue a las empresas ni al Gobierno a la paridad. La igualdad de género, sin embargo, está regida por la ley de igualdad, una norma mastodóntica que entró en vigor el 1 de octubre de 2010 y que reunía en una más de 116 leyes separadas. Proporciona un marco legal para proteger los derechos de las personas en el trabajo, promueve la igualdad de oportunidades para todos y salvaguarda a las personas de un trato discriminatorio.

Esta pieza legislativa básicamente fusionó nueve de las principales leyes que incluían la ley de igualdad salarial de 1970, la de discriminación sexual de 1975, de las relaciones raciales de 1976, de discriminación por discapacidad de 1995 y otras de igualdad de empleo independientemente de la religión o creencia, de la orientación sexual o de la edad posteriores a 2003.

En 2017 se aprobó una ley que obliga a las empresas de más de 250 trabajadores a igualar el salario entre hombres y mujeres. Era una norma que afectaba a 15 millones de mujeres. Desde entonces se ha pasado de una brecha salarial del 18% en 2016 al 14% actual. Y se espera cerrar esta brecha en 2025.

La diversidad de género en las juntas directivas empresariales en Reino Unido está muy por detrás de otros países europeos, con solo el 30,1% de los puestos ocupados por mujeres, según el último informe de la auditoría global Deloitte. La proporción de mujeres directivas en el Footsie-100, las 100 principales empresas de la bolsa británica, se ha triplicado en los últimos 12 años y han pasado del 12% en 2010 al 36,2%. Hay 15 mujeres presidentas de la junta y ocho consejeras delegadas de las 100 empresas.

En cuanto a la política, en el Parlamento de Westminster el 34% de los diputados de la Cámara baja británica son mujeres (inferior al 44% que hay en España) y en 28% en la Cámara alta (por el 39% en España), pero no hay ninguna ley que obligue a la paridad.  

EEUU: trabas constitucionales para legislar la paridad

En Estados Unidos no tiene prácticamente cabida legislación como la propuesta por Pedro Sánchez para garantizar la paridad en Gobierno y consejos de administración y los expertos consideran que cualquier intento de imponer cuotas chocaría con la cláusula de protección igualitaria de la Constitución federal o de las estatales. "Históricamente la jurisprudencia estadounidense no favorece el uso de cuotas directas por actores estatales", escribía ya en 2013 en un documento de la Facultad de Derecho de William & Mary Anisa Somani.

De hecho, hasta ahora, solo un estado en el país ha aprobado legislación tratando de imponer cuotas en el mundo empresarial. Fue California, que en 2018 aprobó una ley que obligaba a que empresas que cotizan en bolsa y que tuvieran su sede central allí tuvieran al menos una mujer en la junta directiva para finales de 2019 y tres mujeres en la mayoría de empresas para 2021. Una jueza estatal tumbó la norma, que no establecía ningún mínimo de hombres, al considerar que viola la clausula de protección igualitaria de la Constitución estatal.

Aunque se presentó un recurso contra la decisión no se ha resuelto todavía y la ley no se está aplicando. Y solo Hawái ha seguido en la estela, con una propuesta de ley que plantea que para finales de este año las juntas directivas tengan al menos una mujer o un hombre, o en cada caso una persona no binaria, y tres para finales de 2025.

A nivel gubernamental las cuotas son también una cuestión, ante todo, de voluntad. El presidente Joe Biden, por ejemplo, prometió en campaña crear un gabinete paritario y aunque no ha llegado a ese 50%, con su 46,5% ha batido un récord histórico en términos de representación femenina en el Gobierno estadounidense. El impulso del demócrata, primer mandatario estadounidense cuya Administración se ha dotado de una Estrategia Nacional de Género y que ha comprometido la cifra récord de 2.600 millones de dólares para promocionar la igualdad de género fuera de sus fronteras, ha contribuido especialmente a que EEUU suba en dos años del puesto 53 al 27 en el ranking global de igualdad que elabora el Foro Económico Mundial.

Los avances de Biden ayudan a contrarrestar la lentitud de avances en el Congreso. El de Washington, donde las mujeres ocupan el 28% de escaños totales en las dos cámaras (41% en el caso de las filas demócratas y 16% en el de las republicanas), estaba en términos de empoderamiento político en la lista de 2022 del Foro Económico Mundial por detrás de 37 países incluyendo Bangladesh, Namibia, Emiratos Árabes Unidos o Burundi.

Para mejorar esa representación femenina en las cámaras, expertos como Somani creen que el camino debería ser que los propios partidos, Demócrata y Republicano, adopten ellos un sistema de cuotas, eliminando la desaprobación histórica de la jurisprudencia al uso de cuotas directas por actores estatales.

En el mundo empresarial, aunque los inversores presionan por la igualdad, el impulso a la paridad también se ha frenado. Aunque el año pasado las mujeres componían el 32% de las juntas directivas de empresas del S&P 500, un 5% más que el año anterior, su crecimiento se ha frenado un 3% respecto a los dos años anteriores. Al ritmo actual, la igualdad no llegaría hasta 2032. Idoya Noain (Nueva York)

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