Entrevista

Daoud Kuttab, periodista y activista palestino: "La mayoría de países árabes garantizan la libertad de prensa si no contradice la ley"

Daoud Kuttab (Belén, 1955) es un periodista y activista palestino que participa activamente en la lucha por la libertad de prensa en el mundo árabe. Desde su oenegé Community Media Network trabajan para dar voz a quienes son silenciados por los gobiernos y la autocensura. Este jueves reflexionó sobre las presiones internas y externas que afectan a los periodistas en una charla del programa Aula Mediterrània del IEMed.

Daoud Kuttab durante la entrevista en el IEMed, en Barcelona.

Daoud Kuttab durante la entrevista en el IEMed, en Barcelona.

Begoña González

-¿Existe la libertad de prensa en los países árabes?

-Sí. Aunque parezca paradójico. Pero con un matiz. Solo para informar de aquello que no tiene que ver con el propio país.

-Entonces no existe realmente.

-La mayoría de Constituciones de los países árabes garantizan la libertad de prensa siempre y cuando no contradiga la ley. Dicho así parece que existe. Pero si nos fijamos en otros casos, como por ejemplo Estados Unidos, la Constitución lo que prohíbe es la emisión de cualquier ley que recorte la libertad de prensa. No es lo mismo. 

-¿Los gobiernos censuran solo a periodistas?

-En mi oenegé apoyamos a la prensa pero también a las voces locales, auténticas, de mujeres y otras minorías. Voces que muchas veces son silenciadas por otros actores como la propia cultura.

-¿La cultura ejerce de censora?

-Sí. Hay temas que para ciertas culturas resultan controvertidos y eso mismo es lo que los aparta del foco mediático. La comunidad LGTBI, por ejemplo, aunque el gobierno permita hablar del tema, la sociedad no lo acepta y no se habla del tema. O los derechos de las mujeres. Cada vez hay más esfuerzos por evitar estas barreras pero eso no es suficiente. Para que haya prensa libre tiene que haber una sociedad civil fuerte.

-¿Qué papel tienen los gobiernos en este proceso de apertura?

-Deben procurar el ambiente que permita que esos debates florezcan y que la prensa pueda hacer su trabajo.

-¿La censura ocurre igual en gobiernos de izquierdas que de derechas?

-Hay gente de izquierdas que viola los derechos humanos y gente de derechas que los protege. Depende más de la importancia que le den al trabajo de la prensa.

-¿Los medios han estado siempre tan coaccionados?

-Hay diferentes niveles. Existen países en los que los periodistas desaparecen, son encarcelados o asesinados, y otros en los que simplemente la presión hace que ellos mismos se autocensuren. Y eso no es menos peligroso. Que haya periodistas que vean cómo la vida se les complica, por poner un ejemplo, que de golpe les retengan en el aeropuerto, no les renueven el pasaporte o les manden inspecciones de Hacienda por haber publicado algún tema hace que ni se planteen volverlo a hacer. La gente, por muy periodista que sea, tiene que comer y alimentar a sus familias.

-¿Consiguen los gobiernos paralizar esos debates?

-Por supuesto. Por ejemplo, el mes pasado la HRW emitió un informe sobre los Derechos Humanos en Jordania y en el país absolutamente nadie publicó nada del tema. Otro ejemplo, la huelga de transportistas en Túnez no llegó a aparecer en los medios, pero de golpe se publicó la noticia que hablaba del fin del paro. ¿Qué huelga? Se preguntaron muchas personas. Por otro lado, cuanto más se trata de prohibir el acceso a cierto tipo de información, más ganas hay por parte de la sociedad de saber qué y por qué. Así que es contraproducente de algún modo.

-¿Qué papel tienen las redes sociales en este punto?

-Pueden hacer mucho bien y mucho mal a la vez. Permiten que se alcen voces que de otro modo no escucharíamos pero por otro lado son un fuerte emisor de noticias falsas que desgraciadamente todavía muchas personas se creen. Todavía existe un fuerte analfabetismo mediático en muchas culturas.

-¿No debería ser de otro modo en el momento histórico con mayor acceso a la información?

-Cuidado. Tenemos mucho acceso a la información, pero esta sigue en manos de apenas una decena de propietarios mediáticos que controlan lo que se habla y lo que se piensa. Ellos controlan la opinión pública.

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