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Convulsión en Bruselas

¿Qatargate o más bien Moroccogate?

Investigadores belgas y algunos eurodiputados sitúan a Rabat, y no al país del Golfo, en el origen del escándalo de corrupción que ha salpicado al Parlamento Europeo

Sesión plenaria en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Reuters

Qatar le ha puesto nombre al que probablemente es el mayor escándalo de sobornos y compra de favores que ha salpicado nunca al Parlamento Europeo -conocido como 'Qatargate'- pero aunque no hay de momento pruebas -o al menos no han trascendido- son muchos los indicios y testimonios que apuntan más que a Qatar hacia Marruecos, sus servicios secretos y diplomáticos, como origen de una injerencia que desde hace años habría intentado influir en las decisiones de la Eurocámara para favorecer política y económicamente a Rabat, utilizando para ello a expolíticos como el italiano Pier Antonio Panzeri, eurodiputado socialista entre 2004 y 2019, fundador de la oenegé Fight Impunity y cerebro de la presunta red corrupta por la que a día de hoy hay cuatro personas en prisión preventiva en Bélgica.

El caso estalló el 9 de diciembre con la detención de Panzeri, la eurodiputada y exvicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili, y su pareja, el asistente parlamentario Francesco Giorgi, y el lobista Niccolo Figa-Talamanca, tras una investigación judicial que arrancó en julio de 2022, a raíz de la desclasificación de documentos de los servicios secretos belgas que dio lugar a redadas y la incautación de 1,5 millones de euros en metálico. Pero en realidad todo empezó antes, en 2021, en el marco de otra investigación sobre la posible amenaza para la seguridad del Estado de injerencias extranjeras, llevada a cabo por los servicios secretos belgas y en la que habrían participado, según Il Sole 24 ore y otros medios italianos, la inteligencia de cinco países, entre ellos España. Algunas fuentes apuntan, de hecho, a que fueron los servicios secretos españoles quienes pusieron sobre aviso a los belgas.

Fue en esta investigación anterior cuando saltaron todas las alarmas sobre el papel de Rabat, que este 1 y 2 de febrero acoge la Reunión de Alto Nivel España-Marruecos, en todo este escándalo de influencias y sobornos. Un país al que la UE destina millones de euros para el control migratorio, con muchísimos intereses en Bruselas -desde las disputas contra el Frente Polisario entorno al Sáhara Occidental hasta los acuerdos comerciales y de pesca o la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal- y al que viajaban con asiduidad Panzeri, acogido ahora al estatuto de arrepentido para reducir su castigo, su mujer Dolores Colleoni y su hija Silvia Panzeri.

Escuchas telefónicas

Las escuchas telefónicas a las que fueron sometidos, filtradas a finales del año pasado por medios belgas e italianos, permitieron a la Seguridad del Estado de Bélgica empezar a atar cabos. Por ejemplo, conocer el estrecho vínculo que unía al socialista italiano y al diplomático marroquí Abderrahim Atmoun, actual embajador de Marruecos en Polonia y que entre el año 2011 y 2019 fue presidente de la comisión mixta UE-Marruecos. Fue en aquella época cuando Atmoun y Panzeri, que también presidió la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo desde 2017 hasta 2019 y la delegación para las relaciones con los países del Magreb, habrían estrechado lazos. 

"Mamá, ¿cómo vamos a hacer para traer todos los regalos de (Abderrahim) Atmoun?", preguntaba, según La Reppublica, Silvia Panzeri a su madre. Las dos mujeres se encontraban en ese momento junto a Panzeri en uno de los hoteles más lujosos de Marrakech, La Mamounia, utilizado con frecuencia por la familia en sus desplazamientos a esa ciudad y a donde el propio Panzeri habría invitado a otros diputados y asistentes. "Todo ha estado bien. Nos han hecho pasar como VIP en casa de Atmoun para beber un café", dice en otra conversación desvelada por la prensa belga Colleoni a su marido del pasado 4 de junio en la que hace referencia a "cajas" y "productos".

En la presunta red de influencias y favores creada entorno al Parlamento Europeo también se apunta directamente a la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED) de Marruecos, el servicio de inteligencia exterior marroquí, y, según Politico, a un agente marroquí, Mohamed Belahreach. Con el nombre en clave de M118, estaría vinculado a otros casos de espionaje en el pasado, podría estar detrás de la tarjeta 'black' que utilizaba la familia de Panzeri para sus gastos -atribuida por la familia en las escuchas a alguien que denominaban el 'gigante'- y sería una pieza clave en todo este entramado.

Minimizar críticas

Según cables diplomáticos filtrados hace casi una década, a Panzeri ya se le describía entonces como "un amigo cercano" a Marruecos que habría ayudado al país en expedientes comerciales sobre pesca y agricultura y el Sáhara Occidental. Hasta el punto de que los investigadores belgas, ven al italiano como una especie de caballo de Troya de Marruecos en el Parlamento Europeo, dispuesto a torpedear informes y enmiendas y hacer lo necesario para minimizar cualquier crítica contra el país del Magreb. 

Un extremo sobre el que no tiene dudas la exeurodiputada socialista portuguesa Ana Gomes, que compartió bancada durante 15 años con Panzeri y que desde que estallara el 'Qatargate' no se ha cansado de situar el origen de todo esta presunta corrupción en Marruecos. Según esta exdiplomática portuguesa, desde 2012 la influencia marroquí se sistematizó en la Cámara por medio del exeurodiputado socialista francés Gilles Pargneaux y de Panzeri. Aunque la investigación continúa en marcha, la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, también tiene claro que los tentáculos marroquíes están en el origen.

Diplomacia "acosadora"

"Del 99 al 2004 ya tenían un lobby pero se incrementa a partir del 2009. Ahí es cuando hay realmente una presión porque es cuando empiezan las negociaciones de pesca y de los acuerdos agrarios", explica a EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, la eurodiputada gallega, que califica de "acosadora" la diplomacia de Rabat. "La diplomacia marroquí en el Parlamento Europeo es muy fuerte, muy incisiva, envía cartas, va por las puertas y luego tiene una red de eurodiputados amigos como se está viendo ahora. Esa red de corrupción no es solo el 'Qatargate'. Es la punta del iceberg", avisa denunciando que en la última década no se haya permitido ninguna audiencia sobre la situación del Sáhara Occidental. "Cada vez que había una demanda de algunos grupos para que se hablase en la subcomisión de Derechos Humanos, Marruecos interfería", añade acusando de "connivencia" al partido socialista.

La falta de crítica hacia el régimen marroquí también sorprende al eurodiputado Jordi Cañas. "Siempre nos ha extrañado la ausencia de Marruecos en los últimos años en el debate del Parlamento Europeo porque salvo la resolución que impulsamos tras la invasión de Ceuta, no se había hablado de Marruecos nunca (hasta que la semana pasada se denunció el deterioro de los derechos de los periodistas). Ahora entendemos que no era sorprendente, que probablemente fuera resultado de la compra de voluntades y de sobornos a diputados de este parlamento", sospecha este eurodiputado de Ciudadanos, sorprendido de que el nombre de Marruecos haya estado ausente en debates sobre "derechos humanos, el conflicto con el Sáhara Occidental, la inmigración y el uso y abuso que hace del control migratorio".

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