Guerra en Ucrania

Los aliados rompen otro tabú con su compromiso para enviar tanques a Ucrania

Un tanque ucraniano circula por una carretera cerca de Bakhmut, en la región de Donetsk.

Un tanque ucraniano circula por una carretera cerca de Bakhmut, en la región de Donetsk. / REUTERS

Ricardo Mir de Francia

Desde que comenzara la invasión rusa de Ucrania hace casi un año, Occidente se ha resistido a entregar algunas de sus armas más potentes a su aliado eslavo por miedo a desencadenar un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN. Pero esas reticencias han ido gradualmente desdibujándose, a medida que el conflicto se enquistaba, cambiaban las circunstancias y el Kremlin demostraba un notorio desdén por las leyes más básicas de la guerra. A principios de verano llegó la artillería pesada y los lanzamisiles móviles, decisivos en las contraofensivas de Járkov y Jersón. Pero es en las últimas semanas cuando más tabúes están cayendo. Al anuncio de Estados Unidos y Alemania para enviar baterías antimisiles Patriot, le han seguido los de varios países para entregar blindados de combate, que irán acompañados por las primeras remesas de tanques occidentales. 

El cambio de postura se deriva del consenso creciente sobre la necesidad de romper cuanto antes el impasse bélico de los últimos meses. Los dos bandos se han atascado en el frente oriental del Donbás, donde se combate kilómetro a kilómetro sin grandes avances, aunque la previsión es que todo se acelere a medida que el invierno se recrudezca y asomen en el horizonte los primeros brotes de la primavera. "Estamos completamente de acuerdo en que Ucrania necesita tanques", dijo hace unos días Laura Cooper, lugarteniente del secretario de Defensa de Estados Unidos. "Es el momento adecuado para que Ucrania aproveche sus capacidades y cambie la dinámica en el campo de batalla".

No será fácil. Los últimos meses de guerra de desgaste han dado al Kremlin la posibilidad de reagrupar sus fuerzas y cimentar sus defensas en la retaguardia de las regiones ocupadas. "Rusia ha estado consolidando sus líneas y fortificando sus posiciones, particularmente en las zonas urbanas", asegura a este diario el experto militar de la Universidad de Warwick, Anthony King. "De ahí que vaya a ser bastante más difícil que pueda recuperar territorio esta primavera si no cuenta con armas más pesadas". A lo que habría que añadir un segundo factor: la previsión de que se produzcan retrasos a lo largo del año en el reabastecimiento de los cohetes lanzados desde los lanzamisiles móviles HIMARS de fabricación estadounidense. 

Un arma que ha sido vital en las contraofensivas ucranianas del pasado otoño. Capaces de golpear un objetivo a 80 kilómetros de distancia, han permitido a Kiev destruir depósitos de munición y combustible rusos, así como centros de mando. "Si los atascos en las cadenas de suministro se consuman, Ucrania va a necesitar blindados y tanques para poder marcar la diferencia en sus operaciones terrestres", dice King.

Flota diezmada

La cuestión es cuántos 'caballos de acero' se acabarán enviando a Ucrania para remozar su diezmada flota de tanques soviéticos, la mayoría, T-72. De momento, los únicos anunciados son los 14 Challenger 2 que ha prometido el Reino Unido y una pequeña cantidad de Leopard 2A4 donados por Chequia y Eslovaquia para reemplazar otros carros de combate que ambos enviaron previamente, según el International Institute for Strategic Studies (IISS). Unas cifras pírricas que, sin embargo, podrían cambiar si Alemania mueve ficha con sus Leopard 2 y autoriza paralelamente a la veintena de países de la OTAN que los tienen en sus arsenales a reexportarlos a Ucrania. Polonia, Dinamarca y Finlandia hace días que expresaron su intención de donar unos cuantos al ejército ucraniano. 

Se esperaba que esa decisión se anunciase este viernes al término de la reunión celebrada en la base estadounidense de Ramstein (Alemania) por los miembros del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, pero el cónclave ha terminado sin acuerdo. Berlín no solo exigía un pacto multinacional para enviarlos al unísono, también quería que Washington hiciese lo propio enviando sus Abrams, según publicó 'The Wall Street Journal'.

"No es una decisión fácil porque los europeos no tienen demasiados tanques en condiciones para ser desplegados de forma inmediata. Países como Bélgica, que tenían centenares, los eliminaron de sus arsenales a principios del siglo XXI y ahora no tienen ninguno", afirma el experto en geoestrategia de la Universidad de Gante, Sven Biscop. Menos agónica está siendo la decisión de enviar blindados de combate a Ucrania. EEUU ha prometido 50 Bradley; Alemania, 40 Marder; Francia, una cifra indeterminada de AMX-10 RC y Canadá, 200 Senator, un tipo de blindado armado para el transporte de infantería. 

Esas cifras, sin embargo, siguen muy lejos de los 300 tanques y un mínimo de 600 blindados de combate que, según el comandante de las fuerzas ucranianas, el general Valery Zaluzhny, necesitaría su Ejército para expulsar a las tropas rusas del país y ganar la guerra. "Las cifras de las que se está hablando ayudarán a Ucrania, pero son claramente insuficientes para cambiar el curso de la guerra", afirma Biscop desde Bruselas. Una opinión que comparte King desde Inglaterra. "El tanque no es un arma mágica que por sí sola vaya a decidir la guerra. Puede contribuir a que Ucrania tenga éxito en una nueva contraofensiva, pero nadie debería pensar que servirán para cambiar completamente la situación", afirma el experto militar británico.

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