Matteo Messina Denaro, el último gran capo mafioso siciliano, buscado por la justicia desde 1993, autor de decenas de homicidios y considerado la mente de algunos de los atentados más sangrientos de Cosa Nostra en los noventa, ha sido detenido el lunes en Italia.

El criminal, de 60 años y nacido en el pueblo de Castelvetrano, cayó en manos de la policía cuando se encontraba en una clínica privada de la ciudad siciliana de Palermo, según las primeras informaciones. Se encontraba allí por "algunas terapias", ha explicado a la agencia Ansa Pasquale Angelosanto, uno de los agentes de los Carabinieri (policía militar) que ha estado a cargo de la operación que condujo a su arresto.

La detención del anciano líder mafioso, que en múltiples ocasiones logró escapar a la policía e hizo perder su rastro con éxito, ha provocado de forma inmediata una serie de reacciones de parte de representantes políticos. "No nos hemos rendido ante la mafia. Esta es una victoria del Estado", ha afirmado la primera ministra, Giorgia Meloni. "Es un resultado histórico en la lucha contra la mafia", ha añadido, por su parte, el ministro de Interior, Matteo Piantedosi. 

Cuestión de Estado

La detención del mafioso cierra otra etapa en la lucha contra Cosa Nostra de Italia, país que había convertido la caza de Messina Denaro en una cuestión de Estado. De hecho, el mafioso, que también era uno de los criminales más buscados por el FBI estadounidense, ha sido condenado por diversos delitos a lo largo de su larga carrera criminal, entre otros decenas de homicidios, como el del pequeño Giuseppe Di Matteoun niño de 11 años que en 1996 fue asesinado y disuelto en ácido para castigar a su padre pues había decidido colaborar con la policía. 

En una de las últimas sentencias contra él, por la que fue condenado a cadena perpetua, Messina Denaro también fue declarado culpable por su papel en los atentados bomba de 1992 que acabaron con la vida de dos célebres jueces, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.