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Reino Unido

La misión imposible de Sunak para recuperar el electorado en el 2023

La suerte de los conservadores está en manos del primer ministro, que debe luchar contra la recesión y el descontento social

Rishi Sunak, primer ministro británico. HENRY NICHOLLS

El Reino Unido deja atrás un año demencial. Doce meses sin igual en la historia del país. Caos político, desbarajuste económico, tres primeros ministros, cuatro responsables en el Finanzas, varios presupuestos y un sinfín de escándalos, mientras la inflación devoraba los salarios.

Boris Johnson fue expulsado por los miembros de su Gabinete, los mismos que le habían jaleado como el vencedor del Brexit y las elecciones del 2019. Ahora le echaban por su incompetencia para asumir el cargo. Johnson se pasea estos días por el mundo, vive en una casa que otros le pagan y ya ha ganado más de un millón de libras dando conferencias, mientras sigue pendiente de una investigación parlamentaria por haber mentido.

Sunak y la suerte de los 'tories'

A su sucesora, Liz Truss, no le dio ni tiempo a colgar el abrigo en el 10 de Downing Street. El mandato de 45 días fue el más breve y catastrófico en la historia del país. Su espectacular nivel de incompetencia puso las finanzas del Reino Unido al borde de la quiebra. La reputación internacional, la confianza de los inversores, sufrió un golpe que costará olvidar. La llegada de Rishi Sunak en octubre logró calmar a los mercados. Con un presupuesto que fue la vuelta a la ortodoxia fiscal, la libra esterlina subió, los bonos bajaron, la situación se estabilizó.

Los conservadores echaron a Johnson convencidos de que con él la derrota electoral era inevitable. Desde que Sunak asumió el cargo la ventaja de 30 puntos de los laboristas en los sondeos se ha reducido a 20, pero la cuestión es si el nuevo líder tiene posibilidad de cambiar la suerte de los 'tories'. "Cuando se hace la pregunta de quién maneja mejor la economía, el Partido Laborista va a la cabeza", señala el profesor John Curtis experto en sondeos. "Pero al preguntar qué líder político la manejaría mejor, la respuesta es mucho más ajustada. Esto muestra que Sunak personalmente tiene una reputación de competencia económica, pero de momento no se extiende a su partido".

Cabezazos contra la pared

La recesión económica, las protestas sociales y la inmigración marcarán en 2023 los grandes retos del Gobierno. De acuerdo con la OCDE el Reino Unido será el país del grupo de G-20 con menor crecimiento durante los próximos dos años, exceptuando Rusia. La economía se contrajo más de lo esperado en el tercer trimestre del año, de acuerdo con los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. El Producto Interior Bruto (PIB) registró una caída interanual del 0,3% en los últimos tres meses, después de haber crecido un 0,1% en el segundo trimestre. La economía de los países de la eurozona en cambio ha recobrado un 2,2% desde la pandemia.

Más de tres cuartas partes de las firmas británicas afirman que el Brexit no ha incrementado su negociosegún una encuesta de las Cámaras de Comercio Británicas (BCC) publicada en diciembre. Su director general, Shevaun Haviland, señala que, "los empresarios se están dando cabezazos contra la pared, porque nada se ha hecho para ayudarles después de casi dos años". "Cuanto más tiempo persistan estos problemas, más comerciantes de la Unión Europea se irán a otro sitio y el daño será mayor".

Huelgas y deportaciones a Ruanda

En la calle, las protestas y la ola de huelgas que ha afectado a múltiples sectores durante las navidades continuarán los primeros meses de 2023. Con los servicios públicos al borde del colapso, Sunak se ha negado a negociar con los trabajadores en paro, a los que el Gobierno trata de echar la culpa ante la opinión pública de las dificultades causadas a los ciudadanos. El caso del personal sanitario es especialmente peligroso para el Ejecutivo, por el gran respaldo popular de estos profesionales.

Sunak también prepara un endurecimiento de las leyes contra la inmigración clandestina llegada a través del Canal de la Mancha, unas 45.000 personas este año. La justicia británica ha declarado legal la deportación de los sin papeles a Ruanda. La misma sentencia rechaza, sin embargo, la tramitación llevada a cabo por el Ministerio del Interior de ocho casos de quienes iban a ser expulsados al país africano. El juez pide que esos expedientes sean reexaminados uno a uno, lo que indicaría que, en el futuro, las circunstancias de cada posible deportado deberán ser estudiadas, algo que requerirá tiempo y personal para realizar la tarea en un Departamento con decenas de miles de demandas de asilo por resolver.

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