Al menos seis personas murieron y siete resultaron heridas este martes en un ataque con explosivos en el norte de Afganistán contra un vehículo en el que viajaban empleados de una compañía petrolera, afirmó una fuente oficial. "Esta mañana tuvo lugar una explosión en la ciudad de Mazar-e-Sharif, que dejó seis muertos y siete heridos. La explosión se produjo por una bomba colocada en un coche, que detonó al paso de un vehículo en el que viajaban funcionarios del Departamento de Recursos Petroleros", dijo a EFE el portavoz de la Policía de la provincia norteña de Balkh, Mohammad Asif Waziri.

Por el momento ningún grupo insurgente ha reivindicado la autoría del ataque, aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha reclamado la autoría de varios atentados en centros urbanos de Afganistán en el último año.

Desde la llegada de los talibanes al poder, en agosto del año pasado, el Estado Islámico de Khorasan, la rama afgana del grupo terrorista, se ha erigido como la principal amenaza a la estabilidad del país, si bien los fundamentalistas insisten en negar que la organización armada represente un desafío de seguridad.

El EI se atribuyó la autoría de un ataque, el pasado 2 de diciembre, en el que dos francotiradores del grupo yihadista atacaron al encargado de la embajada paquistaní y a sus guardias mientras se encontraban dentro de la sede diplomática. Un guardia de seguridad resultó gravemente herido mientras protegía al jefe de misión, y el Gobierno de los talibanes informó ayer del arresto del presunto responsable y miembro del EI en una rápida reacción de las fuerzas de los islamistas bajo la presión de Islamabad.

El EI se ha atribuido además la autoría de numerosos atentados sobre todo contra miembros de la minoría chií hazara, además de ataques con bomba y suicidas en mezquitas, escuelas, zonas diplomáticas o de alta seguridad. Solo el pasado septiembre al menos 53 personas murieron, entre ellas 46 niñas y mujeres jóvenes, y 110 resultaron heridas, en un ataque suicida contra un centro educativo situado en un barrio de la discriminada minoría chií hazara en Kabul.

Los talibanes, por su parte, han dirigido operaciones en diversos puntos del país en un intento por desarticular a los yihadistas y materializar las promesas de seguridad que hicieron durante la guerra, antes de llegar al Gobierno, cuando aseguraron que las zonas bajo su control estaban libres de terrorismo y crimen.