El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió al líder chino, Xi Jinping, que utilice su “influencia” sobre Rusia para detener la guerra, y este le aclaró que carece de ella. En Pekín se repitió el guion de cualquier cumbre con Xi de por medio desde que la diplomacia recuperó la presencialidad tras casi tres años de parón por el covid. Con el presidente alemán, Olaf Scholz, el mes pasado, también en Pekín. Con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la cumbre del G-20 en Bali, y con todos los presidentes que le pidieron audiencia. Y con los que vendrán.

Xi y Michel también hablaron de comercio, de derechos humanos, de Taiwán, de Xinjiang o del mundo postpandémico, pero la guerra de Ucrania ocupó la “mayor parte del tiempo”, aclararon fuentes europeas. “Todos compartimos una responsabilidad en pos de la paz, y desde el respeto a la Carta de Principios Fundamentales de la ONU, le insté al presidente Xi a usar su influencia en Rusia”, desveló Michel en la rueda de prensa virtual. El presidente chino contestó que no está suministrando armas a Moscú y que se opone al uso de bombas nucleares. China ya lo había repetido en cientos de ocasiones. No ha enviado a las tropas rusas ni una cantimplora a pesar de que Washington anunció meses atrás el inminente auxilio militar chino. No le convienen a China las guerras, que atentan contra el orden pacífico que ha facilitado su desarrollo y comercio, y menos aún la de Ucrania, que ha arruinado su sintonía con Bruselas.

Coordinación macroeconómica

La charla se dirigió a la manera de recuperarla, cumplido el tedioso e inevitable expediente ruso. “No hay ningún conflicto estratégico entre China y la UE”, juzgó Xi. “Debemos fortalecer la coordinación en materia macroeconómica, garantizar juntos una cadena de suministros estable, construir motores para la economía digital o para proteger el medio ambiente, y apostar juntos por las nuevas energías o la inteligencia artificial”, añadió. China no “quiere dominar a nadie” y apoya que la UE mantenga una “estrategia autónoma”, remató.

En esa estrategia autónoma reside el problema. El equilibrio en la UE entre los que la defienden y los que se alinean con la postura hostil de Washington se ha decantado sin remedio hacia los segundos tras la invasión de Ucrania y entre las prioridades diplomáticas chinas está revertir la tendencia. Según el comunicado chino de la reunión, Michel afirmó que la UE se adhiere a una estrategia autónoma, respeta el principio de una sola China y desea fortalecer la comunicación para “reducir los malentendidos”.

Derechos humanos

Michel sacó otros temas áridos. El presidente del Consejo Europeo transmitió su defensa del derecho de reunión pacífica en una alusión evidente a los desalojos durante las recientes protestas contra la política cero covid. Xi contestó que China está listo para emprender el Diálogo China-UE sobre Derechos Humanos sobre la base de “la igualdad y el respeto mutuo”.

Apareció también el comercio. La UE, al igual que Estados Unidos, ha lamentado durante décadas que China mantenga barreras a agentes extranjeros. Michel pidió “más reciprocidad” y un “balance adecuado” . “Del lado europeo, el acceso al mercado siendo muy abierto, mientras que muchos sectores de China permanecen mucho más cerrados”. Ocurre que ahora Pekín también cuenta con lamentos. Algunos gobiernos europeos, por presuntas amenazas a su seguridad nacional, se han sumado a las prohibiciones estadounidenses de compañías chinas como Huawei. “China se mantendrá abierta a las compañías europeas y espera que la UE elimine las interferencias y establezca un ambiente justo y transparente para las compañías chinas”, ha pedido Xi según la televisión estatal.