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Entrevista al ministro de Exteriores

José Manuel Albares: "No podemos permitir que la agresión rusa desestabilice ningún país de la UE"

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. EP

El ministro español de asuntos exteriores, José Manuel Albares, se encuentra desde hace meses inmerso en los preparativos de la presidencia del Consejo de la Unión Europea que le corresponderá a España durante la segunda mitad de 2023. Una tarea que ha multiplicado sus desplazamientos a Bruselas. El último, este jueves, para reunirse con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y los comisarios Maros Sefcovic y Thierry Breton. "Una presidencia siempre es algo muy vivo. La importancia de la presidencia española es que será la última presidencia completa antes de las elecciones al Parlamento Europeo", explica durante una entrevista con un grupo de periodistas de varios países. A ocho meses vista reconoce que "el éxito es afrontar lo inesperado" aunque tiene claro que heredarán inevitablemente dos temas: la guerra en Ucrania y las consecuencias socioeconómicas. "Espero equivocarme, pero creo que la guerra estará ahí. Y las consecuencias sociales y económicas de la guerra", asegura.

¿Cuáles serán las prioridades de la presidencia española?

Tenemos que ver cómo terminarán la presidencia checa y la sueca pero hay cosas que empiezan a estar claras: la paz en Ucrania y en Europa, la recuperación económica, la salida total de la crisis del Covid, las consecuencias económicas y sociales de la guerra, finalizar la reforma del mercado energético europeo e impulsar las políticas sociales. También haremos todo lo posible en materia de inmigración y asilo. No somos tontos y sabemos que las dificultades estarán ahí. Sabemos cómo están las cosas en el mediterráneo pero trataremos de hacer todo lo posible. No puedo decir si tendremos éxito pero tenemos un buen conocimiento de este tema y trataremos de llegar a un acuerdo equilibrado entre solidaridad y responsabilidad real. La responsabilidad y la solidaridad a la carta no funcionan.

El ministro italiano Antonio Tajani ha dicho que la inmigración es un problema europeo. Quiere reubicaciones y un nuevo mecanismo de solidaridad.

Es un problema europeo. No hay manera de hacer frente a la migración irregular si no es a nivel europeo y si no cooperamos con los países de tránsito y de origen. Vemos un aumento en el número de personas que intentan llegar a Europa excepto a través de una ruta: la de España. ¿Por qué? Porque tenemos una larga y sólida cooperación con los países de origen y tránsito, con Marruecos, con los países del África subsahariana. Nunca hemos dicho no a ningún acuerdo para ayudar a los demás pero no podemos hacerlo solos. Todo el mundo debe estar implicado, no solo los Estados de primera llegada. Lo segundo es que los fenómenos coyunturales tienen solución. Los fenómenos estructurales necesitan ser gestionados y no tendrán solución mientras las diferencias entre África y Europa -en ingresos, natalidad, analfabetismo…- sean las que son. La gente está desesperada y dispuesta a arriesgar su vida. Se necesita voluntad política.

¿En qué momento debe producirse la solidaridad europea?

La situación ha estado bloqueada porque la responsabilidad de los países de primera entrada se define con mucha precisión pero la solidaridad es más frugal. Es un menú y no funciona. Necesitamos un acuerdo en el que todo el mundo sepa exactamente lo que tiene que hacer.

El Gobierno danés trabaja en una solución que le permita procesar las solicitudes de asilo en terceros países. ¿Podría impulsarse a nivel europeo?

No es algo que tengamos en mente. No creo que sea la forma europea (de hacer las cosas). No es algo que me plantee ni por un segundo.

¿Y que sea el país de bandera del barco que rescate a los inmigrantes, como pide Italia, quien los acoja?

La tradición es que los barcos lleven a los inmigrantes a los puertos seguros más cercanos, los desembarquen y sean reubicados desde ahí. Es algo que ha funcionado muy bien. Lo que espero es que los Veintisiete participen en el esquema. Lo más normal, la forma más fácil, según la ley del mar, es ir al puerto seguro más cercano, desembarcar y rápidamente transferir y reubicar a esas personas a diferentes países.

¿Cuáles son sus prioridades en política exterior?

Hay una región en el mundo que pensamos es la más eurocompatible que es América Latina. Queremos hacer una gran cumbre de líderes UE-Celac (la última fue en 2015), un hito político y simbólico de la que salga un programa de trabajo. Queremos que entren en vigor los acuerdos comerciales con México, Chile. Nadie entiende por qué no están todavía en vigor. Y también con Mercosur. Para los países de América Latina, los acuerdos comerciales no son solo comercio. Son también una señal de compromiso político. Otro punto es la agenda euromediterránea. La mayor parte del éxito de Europa en los próximos años no se conseguirá sin la cooperación de los países del sur. Tenemos que hablar con ellos, entender lo que necesitan y avanzar. 

¿Cómo debe ser la relación con China, europea o bilateral?

La mejor forma de relacionarse con China es a nivel europeo como con Estados Unidos. Esto no significa que no haya que tener una relación bilateral pero sobre las grandes asuntos es cuestión de escala. Lo segundo que tenemos que decidir es cuándo es China un rival y cuándo puede ser un socio. Cuanto más consenso haya a nivel europeo, mejor. En tercer lugar, hay muchos ámbitos en los que necesitamos a China. Si queremos marcar la diferencia, necesitamos a China en cambio climático. Pero está muy claro que China es un miembro permanente del Consejo de Seguridad, cuyo papel es velar por la paz y la estabilidad en el mundo. Debido a su fuerza militar y económica, debido a la relación específica con Rusia y, muy específicamente con Vladímir Putin, puede jugar un papel de moderación en su diálogo con Putin.

¿Cambiará la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN el foco hacia el norte o la participación española?

No creo que vaya a cambiar dramáticamente la OTAN ni la forma en la que vemos a la OTAN. Finlandia y Suecia ya han estado participando en los ejercicios y sus fuerzas son compatibles desde hace muchos años. Es natural que cualquier país europeo que quiera incorporarse a la OTAN lo haga. España está presente en los países bálticos desde hace muchos años -en Letonia y Estonia- y seguiremos estando. Está claro que la principal amenaza de lejos para la seguridad euroatlántica en este momento está en el este, pero no hay que olvidar que tenemos amenazas procedentes del sur. Las amenazas del sur son, cada vez más, amenazas rusas. Las tropas de Wagner están en muchos países del Sahel. Lo segundo, se ha utilizado el gas o la inmigración irregular como arma. Esto puede ocurrir mañana en el sur.

¿Qué piensa de la actitud de Turquía secuestrando el proceso de adhesión?

Todavía estamos en el proceso de ratificación. No es el único país (que no ha ratificado). En Madrid hubo un acuerdo y esperamos que lo antes posible Suecia y Finlandia se unan.

¿España bloquearía la adhesión a la Unión Europea de una Escocia independiente?

No me gusta hacer política ficción. Los asuntos exteriores y las relaciones internacionales va de cosas concretas y en estos momentos Escocia es parte del Reino Unido y Reino Unido ha hecho un Brexit. 

Dado que España es uno de los países que todavía no reconocen la independencia de Kosovo. ¿Si Pristina y Belgrado llegan a algún tipo de acuerdo veremos el reconocimiento de España?

Tenemos una política coherente. No somos el único país. Hay cinco países que tampoco lo hacen pero puedo garantizar una cosa, España no será un obstáculo o problema para el diálogo entre Prístina y Belgrado. Al contrario haremos todo lo que podamos para que ese diálogo sea un éxito.

Hungría ha lanzado una campaña contra las sanciones europeas contra Rusia ¿Teme que se alejen cada vez más del consenso europeo? 

Estoy convencido de que la unidad es la mejor herramienta que tenemos para lograr la paz en Ucrania y en Europa lo antes posible. Entiendo que no todos los países están igual de expuestos a Rusia ni tienen la misma dependencia. No podemos permitir que la agresión rusa desestabilice ningún país de la UE pero al mismo tiempo hemos probado que unidos podemos afrontar cualquier desafío mejor que aislados. Lo hicimos con el covid y lo estamos haciendo con Ucrania.

¿Ve posible aprobar nuevas sanciones contra Rusia?

Desde el primer paquete las sanciones han sido algo gradual y la única razón por la que las hemos impuesto es para llevar la paz a Ucrania. No hay otro objetivo. Queremos que los soldados rusos se marchen. Como son graduales, si encontramos que hay más vías para hacerle más difícil la guerra a Putin es justo que lo exploremos y, si funciona, adoptarlo. 

El Partido republicano ha manifestado su intención de cortar la ayuda a Ucrania. ¿Qué impacto puede tener en la UE?

Las elecciones americanas han mostrado que el presidente Biden ha sido respaldado en su política. Ha obtenido el menor nivel de rechazo de un presidente de Estados Unidos en las elecciones a mitad de mandato. Tendrá más dificultades pero el obstáculo no será definitivo. No hay que olvidar que el ultimo paquete de Estados Unidos para Ucrania fue aprobado por una abrumadora mayoría. Esto significa que muchos republicanos votaron a favor. Así que no hay que asumir que los republicanos votarán en contra. Además, el presidente sigue teniendo muchos poderes. He escuchado que le preguntaban qué iba a cambiar debido a los resultados y ha respondido con una palabra: nada. 

¿Cómo van las negociaciones sobre Gibraltar con el Reino Unido?

Las negociaciones van bien. Creo que por parte británica hay un deseo genuino de llegar a un acuerdo. En España siempre ha estado ahí (la voluntad). Hemos hecho una propuesta que incluye al aeropuerto y esperamos ser capaces de avanzar. Esperamos que digan que sí pero se necesitan dos para un tango. 

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