Tras el cierre del espacio aéreo en Ibiza y en la mitad norte de España por el peligro de impacto del cohete chino Long March 5B, que ha entrado este viernes en la atmósfera de forma no controlada en la Tierra, los restos han caído al final sobre el océano Pacífico sur.

El cohete medía 17,8 metros, tenía un diámetro de 4,2 metros y pesaba alrededor de 23,3 toneladas en el momento del despegue, y aproximadamente 21 toneladas al reentrar en la atmósfera sobre el centro-sur del Pacífico a las 11.01 hora peninsular, poco más de 4 días después de su lanzamiento, según el Comando Espacial de Estados Unidos.

Estos lanzamientos forman parte del proyecto para construir la primera estación espacial china, que estará acabada antes de finales de año y se llamará Tiangong (Palacio Celestial, en castellano). Este cohete, además, tenía una misión concreta: enviar el módulo del laboratorio Mengtian a la pequeña ciudad científica flotando en el espacio.

El acople fue un éxito y el Mengtian, junto con al módulo central Tianhe y otro laboratorio llamado Wentian, ya están unidos y la estación espacial tiene una forma de letra T. Pesa 70 toneladas y se espera que funcione durante 15 años, orbitando a unos 400 kilómetros de la superficie terrestre.

Cuarto cohete descontrolado

Esta será la cuarta vez que un cohete de Long March 5B entrará en la Tierra de forma descontrolada. En las tres ocasiones anteriores, los escombros cayeron sobre un área habitada a lo largo de la costa occidental de África, en el Océano Índico cerca de las Maldivas y en el norte de Borneo. Afortunadamente, ni en las anteriores ocasiones ni en esta, nadie resultó herido o muerto.