La posibilidad de que Boris Johnson trate de recuperar las llaves del 10 de Downing Street divide al Partido Conservador. A unos les hierve la sangre de indignación, a otros de placer. El nombre de Johnson, por grotesco que parezca, circula como el de uno de los favoritos a suceder a Liz Truss, tres meses después de ser depuesto por sus colegas, tras una ola de escándalos y corruptelas durante casi tres años de mandato caótico. Johnson sigue siendo diputado, pero lejos de atender sus obligaciones en el Parlamento se encontraba en la República Dominicana de vacaciones cuando Truss presentó el jueves la renuncia. Apenas una hora más tarde sus aliados iniciaban para campaña para "traer de vuelta a Boris", quien al parecer desea continuar "la tarea que dejó a medias". También está a medias la investigación contra él del Comité de Privilegios por haber mentido al Parlamento sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia. "Hasta que esa investigación no se complete no debería tener la posibilidad de volver al Gobierno", ha declarado el veterano diputado 'tory', Roger Gale.

Johnson no se había pronunciado sobre sus planes a media tarde del viernes. Tampoco lo había hecho el que podría ser su más directo rival, Rishi Sunak, el exministro de Finanzas y favorito según muchos. Sunak ha venido guardando un discreto silencio desde que fue derrotado en las primarias por Truss. Penny Mordaunt, actual líder de la Cámara de los Comunes y otra de las aspirantes en la pasada competición ha sido la primera en confirmar su candidatura.

Preocupación de los mercados

En la improvisada elección de urgencia del tercer primer ministro conservador en lo que va de año no hay rostros nuevos, vuelven los mismos. Mordaunt pretende ser la candidata capaz de aglutinar distintas facciones del partido frente a la división que provocan Johnson y Sunak. Varios diputados han advertido que, si Johnson vuelve, se marcharán o votarán en contra de las propuestas del nuevo gobierno para forzar una elección general. Otros juran y perjuran que no perdonarán jamás la "traición" de Sunak al haber precipitado, con su dimisión, la caída de Johnson. A favor de este último se habían manifestado al menos tres ministros, Ben Wallace, Simon Clarke y Jacob Rees-Mogg. Sunak cuenta con un fuerte apoyo entre los diputados. Recibió 137 votos en la ronda final de la votación del grupo parlamentario en julio, frente a los 113 de Truss y los 105 de Mordaunt. Los afiliados tuvieron después la última palabra y prefirieron a Truss.

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La oposición sigue reclamando una elección anticipada y de esa opinión es también el 'Financial Times'. El diario económico que habla pensando en negocios y empresas describe como una farsa el retorno de Johnson, una posibilidad que preocupa a los mercados. Hay quienes creen que, a pesar del ruido que están haciendo sus aliados, Johnson puede tener problemas para reunir las 100 nominaciones necesarias de sus colegas antes del lunes a las 2 de la tarde, cuando se acaba el plazo para la presentación de candidaturas.