La Unión Europea vuelve a golpear al Kremlin y a su capacidad de financiación. Esta vez con una nueva propuesta de sanciones cuya principal novedad es la prohibición de importación de oro de Rusia. El plan, que será debatido el próximo lunes por los embajadores de los Veintisiete Estados miembros -tras la reunión de ministros de exteriores que hará repaso a la situación en Ucrania- para su aprobación también busca reforzar los controles de exportación de tecnología avanzada y de doble uso (civil y militar), alinear las sanciones europeas con las de otros socios del G7 y reforzar los requisitos de información para endurecer la congelación de activos a oligarcas rusos.

“La brutal guerra de Rusia contra Ucrania no cesa. Por lo tanto, proponemos endurecer nuestras sanciones contra el Kremlin, hacerlas cumplir más eficazmente y ampliarlas hasta enero de 2023” porque “Moscú debe seguir pagando un alto precio por su agresión”, ha justificado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “El paquete de hoy refleja nuestro enfoque coordinado con los socios internacionales, incluido el G7. Además de estas medidas, también presentaré propuestas al Consejo para incluir en la lista a más personas y entidades, con sus activos congelados y su capacidad de viajar restringida”, ha añadido el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sobre un paquete de sanciones "duras y contundentes” que seguirá apuntando contra el círculo más cercano al presidente ruso Vladimir Putin y el Kremlin.

Revisión en 2023

La idea de Bruselas con esta nueva vuelta de tuerca es dejar claro a otros socios internacionales que las medidas sancionadoras no se dirigen al comercio de productos agrícolas entre terceros países y Rusia. También busca aclarar el alcance exacto de algunas sanciones financieras y económicas y alinea el plazo en que estarán en vigor -seis meses más- hasta la próxima revisión a finales de enero de 2023. “Está enfocado a la corrección de errores, rellenar lagunas y reforzar la coordinación con otros socios”, explican fuentes diplomáticas que sostienen que la idea es cerrar un acuerdo a nivel de embajadores permanentes principios de la próxima semana de forma que puedan entrar en vigor a lo largo de la misma.