Más de 1.100 muertos y unos 1.500 heridos. Ese el primer balance del devastador terremoto que sacudió este miércoles el sur de Afganistán. Unas 24 horas después del seísmo, la primera ayuda humanitaria internacional empieza a llegar a cuentagotas en el país centroasiático.

Pakistán —que también ha resultado afectado, aunque no hubo fallecidos en su territorio— y Naciones Unidahan mandado varios camiones con alimentos y equipamiento médico. Sin embargo, lo difícil llega ahora: las regiones más afectadas se encuentran en zonas montañosas y de difícil accesoDesprendimientos de tierra provocados por el terremoto han cortado muchas carreteras. Los servicios de rescate del Gobierno talibán —y la ayuda— aún no han llegado a muchos de los afectados. 

“No podemos llegar ni comunicarnos con la zona. Estamos intentando saber cómo está la situación. Está llegando algo de la ayuda, pero nos hace falta mucha más”, ha dicho a la agencia de noticias Reuters Mohamed Ismail Muawiyah, portavoz militar de comandancia talibán en la provincia de Paktika, la más afectada, con diferencia, por el terremoto de este miércoles.

La región es una de las zonas más pobres y aisladas del país, y está constituida por pueblos desperdigados cuyas viviendas, hechas de adobe y ladrillo, han sido construidas por sus propios inquilinos. La fragilidad de los edificios y los desprendimientos de tierra han sido las principales causas del número tan elevado de víctimas. 

“Una crisis sin precedentes”

“Los afganos ya están enfrentándose a una crisis sin precedentes tras décadas de conflicto, una sequía severa y el colapso de su economía. Este terremoto solo se sumará a la enorme crisis humanitaria ya en curso que sufren los afganos”, ha dicho el director para Afganistán del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Gordon Craig, que ha explicado que la organización ya está dando ayuda y servicios a unas 3.000 familias.

A esas contribuciones se sumarán también Corea del Sur y Japón, que han prometido mandar hacia el país centroasiático asistencia humanitaria de emergencia. Turquía, por su parte, se ha mostrado abierta a mandar equipos de rescate a Afganistán, siempre y cuando el Gobierno talibán se lo pida formalmente, según ha explicado el enviado especial de la ONU a Kabul, Ramiz Alakbarov.