El Gobierno polaco prepara una ley que otorgará a los directores de centros educativos públicos la facultad de castigar la mala conducta o desmotivación de los estudiantes e incluso pedir su ingreso en un correccional.

El proyecto de "ley de rehabilitación de menores" fue aprobado hace un mes con la única oposición del grupo parlamentario de Izquierda Unida y, según informa este martes la prensa polaca, el texto acaba de ser revisado por el Comité Parlamentario de Justicia y Derechos Humanos.

Las 900 páginas de la ley contienen "orientaciones" sobre lo que puede considerarse mala conducta o falta de motivación de los estudiantes y deja a juicio de los directores de las escuelas la decisión de imponer castigos a los estudiantes.

Estos castigos pueden ir desde "fregar los pasillos y limpiar los patios" bajo la supervisión de un agente judicial hasta el ingreso del menor en un centro correccional.

Evitar los tribunales de menores

En el borrador del texto, elaborado por el ministro polaco de Justicia, Zbigniew Ziobro, se aduce que con esta ley "se evitará llevar muchos casos a los Tribunales de Menores y de Familia" y se puede leer que "el objetivo es introducir medidas de rehabilitación social eficaces y proporcionales al grado de desmoralización de los menores".

"No siempre hace falta implicar a la policía o a la maquinaria judicial", explicó el viceministro de Justicia polaco, Michal Wos, hace poco en el Parlamento.

Varias organizaciones estudiantiles y educativas, como la Asociación Polaca de Estatutos Estudiantiles, han mostrado su oposición a esta ley.

Łukasz Korzeniowski, presidente de esta asociación explicó, en una entrevista publicada este martes en un diario polaco, que "los directores, como personas sin educación legal, no tienen competencias suficientes para administrar justicia".

Por su parte, el abogado de la Fundación de Helsinki para los Derechos Humanos Marcin Wolny, señaló en declaraciones a la prensa que la ley plantea el peligro de que "los directores (de centros educativos) lleguen a humillar a los estudiantes e incluso "usarlos como servicio de limpieza" en las escuelas.

Disculpas en público

La ley prevé también que los jóvenes encontrados culpables de alguna falta tendrán la obligación de disculparse en público frente a la parte agraviada, participar en actividades correctivas y aceptar la supervisión de sus padres, que serán responsables del cumplimiento de esas condiciones.

Según la Oficina Estadística Nacional polaca (GUS), cada vez más familias deciden recurrir a la educación privada en Polonia y, por ejemplo, en Varsovia hay un 37 % más de estudiantes en centros privados que hace 5 años.

El ministro polaco de Educación, Przemyslaw Czarnek, que ocupa ese cargo desde 2020, propuso el año pasado una ley para permitir a los superintendentes de Educación elegidos por el Gobierno la contratación y despido de profesores, así como impedir a organizaciones no gubernamentales realizar actividades en las escuelas para "proteger a los niños de la corrupción moral".

La ley fue pospuesta temporalmente por el presidente polaco, Andrzej Duda, quien mantiene la facultad de firmarla y hacerla entrar en vigor en cualquier momento.