La cifra de presos fallecidos la madrugada de este lunes durante un nuevo amotinamiento ocurrido esta vez en la cárcel de la ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas, situada en el centro de Ecuador, asciende a 44 muertos, informó la Fiscalía General del Estado.

Los nuevos mensajes oficiales indicaron que "hasta el momento se cuentan 44 internos fallecidos".

"La mayoría de ellos, por no decir casi el cien por ciento, a simple vista se puede observar, fueron privados de la vida con arma blanca, no con arma de fuego", dijo Carrillo en rueda de prensa.

El ministro añadió que la mayoría de cuerpos "fueron expuestos y agredidos en los pabellones y en las celdas" y precisó que se logró la recaptura de 112 personas privadas de libertad, que se encontraban ya en el exterior de la cárcel, unos por salvar su vida y otros con intención de fugarse.

Se ha dispuesto a la Policía Nacional y coordinado con las Fuerzas Armadas para que se custodien las carreteras que unen la cárcel con el cantón (municipio) y con el resto de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Carrillo anotó que los enfrentamientos en la cárcel, donde hubo trece heridos (algunos de ellos graves), ocurrió entre una organización criminal autodenominada 'Los Lobos' y otro grupo delictivo disidente de este, autodenominado "R7".

Debido a la gravedad de algunos heridos, el ministro no descartó que la cifra de fallecidos pueda ascender en la próximas horas.

Carrillo tildó de "crueldad" lo ocurrido en el centro de privación de libertad 'Bellavista', y apuntó que se trata del mismo grupo que recientemente provocó otro enfrentamiento en la cárcel de Turi, en la sureña ciudad andina de Cuenca, que dejó 20 presos fallecidos, y al menos otros diez heridos.

El ministro consideró que se debe someter a los cabecillas de las bandas a regímenes disciplinarios más exigentes.

Según el funcionario, tras los incidentes se realizaron requisas y encontraron "encaletadas (escondidas) armas de fuego".

Otros enfrentamientos

En Ecuador, unos 400 reos han muerto en los últimos dos años en enfrentamientos entre organizaciones rivales vinculadas con el narcotráfico que se disputan el control interno de las cárceles y que cuenta con ramificaciones dentro y fuera de los centros penitenciarios, según las autoridades.

Recientemente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un informe sobre la crisis carcelaria de Ecuador en el que instaba al Gobierno a recuperar el control interno de las cárceles, dar condiciones dignas a los presos y elaborar una políticas de prevención del delito donde no prime el encarcelamiento.

Hasta finales de 2021 había más de 36.000 reclusos en 36 centros, entre prisiones y centros de rehabilitación social, cuya capacidad es de 30.000, aunque el hacinamiento llegaba al 62 % en cárceles como la de Guayaquil, la más poblada del país con 7.231 reos y escenario de los episodios más sangrientos vividos el año pasado.

Para solucionar la crisis carcelaria, el Gobierno del presidente, Guillermo Lasso, está en vías de contratar a 1.400 nuevos agentes penitenciarios, conceder alrededor de 5.000 indultos a presos condenados por delitos menores y desarrollar la primera política del país de derechos humanos hacia la población penitenciaria.