No todo el mundo comulga con Putin dentro de Rusia. La muestra han sido este domingo el medio centenar de manifestaciones celebradas en distintas ciudades del país, entre ellas la capital, Moscú, en contra de la invasión rusa de Ucrania. La represión del régimen ha sido potente y más de 4.500 personas han sido detenidas, según datos facilitados por Irina Volk, portavoz del ministerio ruso de Interior. La oenegé OVD-Info, especializada en el seguimiento de manifestaciones, ha cuantificado en 11.000 el número de manifestantes detenidos desde que el 24 de febrero Rusia inició la invasión de Ucrania. El Gobierno insiste en que se trata de concentraciones "no autorizadas".

Pese a las duras intimidaciones y las amenazas de penas de prisión, las protestas no han cesado, a veces sin demasiada afluencia, durante diez días en diferentes ciudades. El opositor ruso preso Alexéi Navalni, firme opositor a la intervención, ha instado a los rusos a salir a las calles todos los días para pedir el cese de la operación militar rusa en la vecina Ucrania.

En Moscú, al menos 560 personas han sido detenidas, según datos aportados por la oenegé OVD-Info, entre ellas un responsable de la oenegé Mémorial, Oleg Orlov, y la conocida militante Svetlana Gannushkina. Al menos 279 personas fueron asimismo detenidas en San Petersburgo.

El llamamiento de Navalni

Navalni sigue jaleando a la población a la que ha instado a que "ignore las prohibiciones". El opositor describió a Putin como un "dictador loco" que ha "derribado todos los logros del país en cuestión de días" y "condenará al país a la culpa durante décadas". "Es normal tener miedo, pero sucumbir a él significa ponerse del lado de los fascistas y asesinos. Por dignidad, contra Putin, para Rusia y contra la guerra", ha concluido Navalni.

Paralelamente, el aparato represor no hace más que endurecerse. Tanto la Fiscalía General de Rusia como el Ministerio del Interior han reiterado en las últimas horas sus advertencias a la población de que no participe en las protestas tras recordar que se castiga con hasta ocho años de prisión. El Ministerio del Interior de Rusia avisó el jueves 24 de febrero a los ciudadanos rusos de que las autoridades tomarán "todas las medidas necesarias" para mantener la ley y el orden en las protestas y advirtió de que la policía detendrá a todos los participantes en acciones no autorizadas .

La represión también alcanza de lleno al ámbito mediático. El acoso y derribo contra los medios de comunicación y las redes sociales indica la determinación del Gobierno de ahogar cualquier voz disidente sobre el conflicto de Ucrania, incluso si eso pudiera significar desconectar la red internet de Rusia del resto del mundo, aseguran expertos.

El bloqueo de Facebook y la restricción de Twitter se produjo el mismo día en que Moscú respaldó la imposición de penas de cárcel a los medios que publicaran "información falsa" sobre el Ejército. La motivación de Rusia "es suprimir los desafíos políticos en un momento muy tenso para (Vladimir) Putin y el régimen, cuando se trata de aquellos que hacen preguntas muy difíciles sobre por qué Rusia continúa llevando a cabo esta guerra", dijo Steven Feldstein, investigador principal en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. Rusia se une así al minúsculo club de países que excluyen a Facebook, la red social más grande del mundo, junto con China y Corea del Norte.

Los principales medios de comunicación internacionales con corresponsalía en Moscú han abandonado el país ante las amenazas del Kremlin contra los reporteros, expuestos a ser condenados a penas de prisión por informar en contra del régimen.