El príncipe Andrés de Inglaterra ha zanjado las denuncias de abuso sexual de la americana Virginia Giuffre con un "acuerdo de principio", que le evitará responder bajo juramento ante un tribunal civil en Estados Unidos. El hijo de Isabel II evita así someterse a los interrogatorios sobre detalles íntimos y escabrosos en el proceso civil contra él previsto para este otoño en Nueva York. Andrés, de 61 años, y Giuffre han llegado a un acuerdo económico por una suma no rebelada, que se calcula en muchos millones. La mujer alegaba que el duque de York había mantenido relaciones sexuales con ella cuando tenía 17 años y era menor de edad, algo que el príncipe, cada vez más acorralado, ha venido negando durante años. Los encuentros sexuales habían tenido lugar, según la demandante, en Londres, Nueva York y en la isla del Caribe propiedad del pederasta Jeffrey Epstein.

En una carta enviada al juez Lewis A. Kaplan en nombre de ambas partes, el abogado de Giuffre, David Boies, confirma que han llegado "a un acuerdo extrajudicial" y añade que el príncipe tiene la intención de "hacer una contribución sustancial a las organizaciones caritativas que apoyan los derechos de las víctimas" de abusos. El juez tiene ahora la potestad de archivar el caso y mantener en secreto lo incluido en el acuerdo, donde habrá con seguridad cláusulas de confidencialidad. Andrés no admite a cambio su participación en los hechos, ni acepta las acusaciones.

Arrepentimiento

La carta también subraya que el príncipe "nunca tuvo la intención de difamar la personalidad de la señora Giuffre", y admite que ella "ha sufrido tanto como víctima establecida de abuso como resultado de ataques públicos injustos". Los abogados de duque habían sugerido en el pasado que ella mentía para sacar dinero. También trataron de desmantelar el caso revelando la existencia de un acuerdo de Giuffre y Epstein en 2009, por el que ella recibió 440.000 euros a cambio de renunciar a posibles acciones legales contra "segundas partes" o "potenciales acusados". El juez Kaplan decidió que tal pacto no protegía al duque y que el caso debía continuar.

"El príncipe", añade la carta, "se compromete a mostrar su arrepentimiento por su asociación con Epstein, apoyando la lucha contra los daños del tráfico sexual y apoyando a sus víctimas".

Giuffre, que tiene en la actualidad 38 años, está casada y vive en Australia, alega que Andrés mantuvo relaciones sexuales con ella en la casa londinense de Ghislaine Maxwell, condenada en diciembre por reclutar a menores para Epstein. El multimillonario se suicidó en la cárcel hace dos años, cuando se hallaba a la espera de juicio.  

Entrevista fatídica

El duque de York era uno de los amigos del pederasta, al que frecuentó durante décadas. Tras su muerte y en un intento por librarse de las acusaciones de Giuffre, concedió una entrevista a la BBC que resultó fatídica. No sólo no se arrepintió de su relación con Epstein, sino que esgrimió excusas ridículas y lo hizo con arrogancia, frialdad y un distanciamiento insultante. La reacción de la prensa y la opinión pública fue incendiaria.

A raíz del fiasco Andrés quedó apartado de las actividades oficiales de la Corona en una decisión conjunta de la reina y el príncipe Carlos, ante el miedo de que el escándalo dañara la institución monárquica. El pasado mes fue despojado de todos los títulos militares, en ocho regimientos británicos, después de que los abogados de Andrés intentarán sin éxito detener el juicio en Nueva York. La perspectiva de que el proceso siguiera adelante durante el año en que la soberana celebra el jubileo de platino por los 70 años en el trono era una amenaza.

Lisa Bloom, la abogada que ha venido representado a varias de las víctimas de Epstein, se felicitó el martes por el acuerdo que interpreta como una "victoria" de Giuffre. "Celebramos la victoria de Virginia. Ella ha logrado lo que nadie podía: detener el sinsentido del príncipe Andrés y colocarle de parte de las víctimas de abusos sexuales. Saludamos el increíble coraje de Virginia", escribió en Twitter en nombre de sus clientas.