Pese a la cárcel, Alekséi Navalni no se arrepiente de nada. Cuando ha transcurrido un año desde su detención en un aeropuerto de Moscú, el principal líder de la oposición en Rusia, envenenado en el verano de 2020 con un agente químico de uso militar durante una estancia en Siberia, ha difundido este lunes un mensaje en Instagram, su red social favorita, en el que carga con dureza contra el presidente Vladímir Putin y en el que informa de nuevos procedimientos judiciales que probablemente le mantendrán en prisión una vez cumpla su actual condena.

"No me arrepiento ni un segundo y lo seguiré haciendo", concluye el bloguero su mensaje de aniversario, que viene acompañado de una foto en uniforme de la cárcel junto a su esposa Yúlia. En la misiva, el activista carga con contundencia contra el presidente Vladímir Putin, a quien no menciona por su nombre pero identifica como zar, y contra la corrupción del sistema creado por el actual líder del Kremlin. "El zar quiere apropiarse del derecho al poder único e incontrolado", acusa, antes de lanzar un llamamiento a los ciudadanos a protestar: ¿Por qué vivir con miedo toda tu vida, e incluso ser robado, si todo puede arreglarse de una manera diferente, más justa".

Navalni sostiene en su escrito que Rusia es un país de "gente honesta", que en sus viajes por Rusia se los encuentra "por todas partes", desde aquellos que acuden a los "mítines", a los "agentes del Ministerio del Interior" que ponen likes a sus escritos en las redes sociales y luego son represaliados o despedidos de sus puestos de trabajo.

El activista, encarcelado en una colonia penitenciaria a un centenar de kilómetros de Moscú, admite que no sabe cuándo podrá volver a pisar la calle. En el post difundido este lunes, califica en tono de sorna su encarcelamiento de "viaje al cosmos", e informa de la próxima apertura de nuevas pesquisas judiciales contra su persona. "Justo el viernes (pasado) me informaron de que un nuevo caso criminal irá al juez; y que está a la espera uno nuevo, en el que se me acusa de ser extremista y terrorista", anuncia el activista.

Navalni fue arrestado en el moscovita aeropuerto de Sheremetievo hace ahora un año. Su regreso tras un periodo de convalecencia en un hospital de Berlin, donde se recuperó del intento de asesinato sufrido meses antes mediante un agente químico de uso militar, fue rocambolesco. El aparato en el que viajaba debía aterrizar en otro aeródromo, el de Vnúkovo, donde cientos de periodistas le aguardaban en la terminal. Minutos antes del aterrizaje, el avión fue desviado a Sheremetievo escudándose en una excusa peregrina.