2022, el año del jubileo de Platino, el que festejará los 70 años de Isabel II. en el trono, será uno de los más amargos para la soberana. La reina ha tenido que despojar a su hijo favorito, el príncipe Andrés, de todos los títulos militares y los patronazgos reales que aún conservaba y le ha privado además del uso del título de Alteza Real ("His Royal Highness"), si bien no lo pierde, como ya ocurriera con Harry Meghan, duques de Sussex. Andrés ya había abandonado todas las funciones oficiales como miembro de la familia real en 2019 debido a su implicación con el pederasta Jeffrey Epstein.

La defenestración oficial del duque de York tiene lugar el día después de que sus abogados no consiguieran evitar el proceso judicial por abusos sexuales en Nueva York. Una demanda civil presentada por Virginia Guiffre por hechos que ocurrieron cuando era menor de edad. El duque niega las alegaciones y parece dispuesto a defenderse en los tribunales. Desde su equipo se ha hecho saber que seguirá luchando. La sentencia del miércoles en Nueva York, señalan, no entra a valorar las alegaciones de la demandante y este es "una maratón no un esprint". El duque "continuará defendiéndose contra esas alegaciones".

Proteger la institución

"Con la aprobación y acuerdo de la reina, se devuelven a la reina los patronazgos reales y las afiliaciones militares del duque de York. El duque de York seguirá sin asumir ninguna tarea pública y defiende su caso como ciudadano privado", señala el comunicado del Palacio de Buckingham emitido este jueves. En una posición insostenible desde hace meses, Buckingham ha tomado la decisión de aislar a quien se ha convertido en un peligro para la institución a fin de protegerla de los nuevos escándalos que puedan derivarse del juicio pendiente.

La impresión es que ninguna de las dos partes en la confrontación, la demandante y el demandado, están dispuestos a pactar por el momento un acuerdo privado que zanje la querella. Los abogados de Virginia Giuffre han indicado que no está interesada "en un pacto puramente monetario", lo que sugiere que quizás desea algún tipo de declaración pública y admisión de los hechos. En principio, el proceso debería iniciarse en otoño.

Situación insostenible 

La situación del príncipe era insostenible. Pocas horas antes del anuncio, más de 150 veteranos del Ejército habían escrito a la reina pidiéndole que despojara a Andrés de los títulos militares. Hasta ahora venía reteniendo honores en ocho regimientos británicos, incluido el de coronel en la Guarda de Granaderos, lo que había suscitado un vivo malestar.

Desde hace dos años, Andrés, de 61 años, vive apartado de la vida social lejos de las cámaras. Su residencia se halla en el Royal Lodge de Windsor Great Park, una vivienda de la Corona que viene ocupando desde 2004 y comparte con la que fuera su exmujer, Sara Ferguson. La pareja habría vendido, según los medios británicos, el chalet en Suiza que habían adquirido, dinero con el que podrían costear una indemnización millonaria para Guiffre y para pagar a su equipo de letrados.