Todos los países del mundo se protegen para evitar el robo o compra de datos que exponga su seguridad nacional. Sin embargo, a veces esos secretos de Estado quedan expuestos de forma involuntaria. Eso es lo que ha sucedido en Israel con un alto funcionario que, sin pensar en sus potenciales consecuencias, compartió públicamente en las redes sociales los recorridos que sigue cuando sale a correr o en bicicleta.

Según destapa una investigación del diario Haaretz, se trata de un teniente coronel en la unidad de seguridad de personas muy importantes del Shin Bet, el servicio de inteligencia interior de Israel. Este alto comandante, al que solo identifica con la inicial A., trabaja desde hace años como guardaespaldas de miembros del gobierno israelí, entre quienes estarían el actual primer ministro, el ultraconservador Naftalí Bennett, y su predecesor, Benjamin Netanyahu, lo que hace que su descuido sea aún más grave.

A. es un apasionado de los deportes y ha participado hasta tres veces en el Ironman, un triatlón de 226,06 kilómetros a pie, en bici y nadando. Muchas mañanas sale a correr y al regresar comparte sus itinerarios y horarios, registrados en la aplicación de ‘fitness' Strava, en las redes sociales. Aunque el guardaespaldas no usa su nombre completo en la app, los datos compartidos son públicos, lo que ha permitido a Haaretz identificarlo “en cinco segundos”.

Recorrido del comandante israelí en la app Strava. STRAVA

La publicación de esos datos es peligrosa, pues con sus rutas de ‘running’ el coronel ha documentado en varias ocasiones donde está exactamente la sede del Shin Bet, pero también destapando que salió a correr incluso cuando el círculo del primer ministro debería estar haciendo cuarentena tras haber sido expuesto a una persona positiva en covid-19. El Haaretz también señala que, al compartir sus itinerarios, habría revelado viajes internacionales secretos de altos miembros del Gobierno. Los datos publicados en la aplicación Strava revelan que A. acompañó a Netanyahu a viajes diplomáticos a Moscú y Varsovia en 2018 y 2019.

Riesgo en otros países

No es la primera vez que la compartición de rutas de ‘running’ en Strava ponen en alerta a un país. En 2018 la aplicación publicó un detallado mapa de calor con los más de 1.000 millones de itinerarios que seguían sus usuarios. Tras analizarlo quirúrgicamente, varios analistas destaparon que el uso de la app por parte de personal militar en Estados Unidos estaba sirviendo para anunciar la ubicación de bases secretas del ejército. Al cruzar esa información con otras bases de datos públicos podían incluso identificar a los militares y hacerles un seguimiento.

El escándalo surgió después que Nathan Ruser, un estudiante australiano de seguridad internacional, publicase en Twitter como las rutas permitían detectar con facilidad bases militares de EEUU en Afganistán, puntos de control turcos en Siria y otros enclaves estratégicos altamente sensibles. Strava respondió añadiendo la función de que el usuario pueda excluir su aparición en esos mapas de calor. Sin embargo, la aplicación sigue extrayendo y almacenando toda esa información, trabajes o no para el Gobierno.