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Crisis del coronavirus

La nueva variante ómicron pone en guardia a Europa

La Organización Mundial de la Salud la clasificó como “de preocupación”, ya que “presenta un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes”

Vuelven a saltar las alarmas por la nueva variante de coronavirus Ómicron

Vuelven a saltar las alarmas por la nueva variante de coronavirus Ómicron. Agencia ATLAS | EFE

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Vuelven a saltar las alarmas por la nueva variante de coronavirus Ómicron. Rafa López

La Unión Europea suspendió este viernes los vuelos con el sur de África tras los preocupantes datos preliminares sobre la nueva variante detectada en Sudáfrica, que podría ser más transmisible y evadir en alguna medida la respuesta inmunitaria que confieren las vacunas y la infección. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió a los Estados de la UE paralizar todos los vuelos hacia países del sur de África. “Tomamos muy en serio las noticias sobre la nueva variante altamente mutada del COVID-19. Sabemos que las mutaciones podrían llevar a la emergencia de variantes más preocupantes, que podrían expandirse en todo el mundo en unos meses. Es importante que todos en Europa actuemos rápidamente, decididamente y unidos”, dijo la mandataria y médico alemana. Israel fue el primer país que cortó los vuelos con el sur de África, y Estados Unidos lo hizo después de la UE.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), reunida para analizar esta variante emergente, la nombró ómicron –la decimoquinta letra del alfabeto griego– y advirtió que podría conllevar un “mayor riesgo de reinfección”. La clasificó como “de preocupación”, ya que “presenta un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes”.

La OMS señala que la variante ómicron “presenta un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes”

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Esta variante se notificó por primera vez a la OMS desde Sudáfrica el 24 de noviembre, mientras que la primera infección confirmada de la que se tiene constancia procede de una muestra recogida el 9 de noviembre.

En las últimas semanas, las infecciones han aumentado considerablemente, coincidiendo con la detección de la variante B.1.1.529. El número de casos de esta variante parece estar aumentando en casi todas las provincias de Sudáfrica”, explicó ayer la OMS.

En apenas dos semanas se han detectado ya decenas de casos no solo en Sudáfrica, sino también en la vecina Botsuana, en Hong Kong y en Bélgica, una mujer que no estaba vacunada y que volvió de un viaje a Egipto hace 15 días. Los casos de Hong Kong sí estaban vacunados. Por el momento no hay casos detectados en España.

La preocupación por la nueva variante B.1.1.529 se disparó en las últimas horas del jueves por un hilo en Twitter del científico Tulio de Oliveira, director del Centro de Respuesta a Epidémica e Innovación de Sudáfrica. Su tono recuerda a una película catastrofista de Hollywood: pedía al mundo apoyar a Sudáfrica “para proteger al mundo entero” y hacía un llamamiento “a billonarios e instituciones financieras” para este esfuerzo. Incluso mencionaba a Bill Gates, Jeff Bezos, Elon Musk y Warren Buffet para que leyesen su mensaje casi desesperado.

De Oliveira relata que esta nueva variante B.1.1.529, “muy preocupante a nivel mutacional”, se ha hecho dominante en el país en menos de una semana “tras una devastadora ola de delta en Sudáfrica”: ya supone un 75% de los genomas secuenciados y pronto alcanzará el 100%, según sus cálculos. En la provincia sudafricana de Gauteng –cuya capital es Johanesburgo, ciudad de más de 6 millones de habitantes– supone el 90% de los casos. “Trabajamos día y noche para comprender los efectos sobre la transmisibilidad, las vacunas, la reinfección, la gravedad de la enfermedad y el diagnóstico –señala el científico–. Tenemos fondos para la ciencia, pero Sudáfrica y África necesitan ayuda financiera para apoyar a su población y su sistema de salud desfavorecidos”, clama De Oliveira, que solicita financiación internacional porque la población sudafricana no puede soportar un confinamiento duro sin ayudas.

Esta variante se ha detectado a un ritmo más rápido que las anteriores oleadas de infección, lo que sugiere que puede tener una ventaja de crecimiento

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¿Hay motivo para la alarma? Los virólogos, inmunólogos y bioestadísticos coinciden en que es necesario vigilar muy estrechamente esta variante, pero subrayan que no hay que entrar en pánico y que no hay manera de que volvamos al punto de partida de principios de 2020. Es posible que haya cierto escape vacunal o, más bien, erosión de la inmunidad que producen las vacunas, pero estas seguirán siendo en buena medida efectivas para evitar la enfermedad grave y la muerte.

Memorial de víctimas del COVID-19 en Londres. EFE

La inmunóloga española Matilde Cañelles comentó ayer el hilo de Oliveira, que calificó de “bastante alarmista”. “La variante contiene muchas mutaciones en la proteína spike (la que se usa para las vacunas de ARN y ADN), con lo que potencialmente podría evadir la respuesta inmune generada por vacuna o por enfermedad con variantes anteriores”. Matizó que se trata de “muy pocos casos” detectados hasta el momento, y que “en Sudáfrica había muy pocos casos de delta en inicio, con lo que es más fácil que una variante predomine”. Es lo que los científicos denominan “efecto fundador”. Además, como estamos en los días iniciales tras su detección, se desconoce si el rápido avance de esta variante se debe a mejoras biológicas que le confieren mayor transmisibilidad o a un evento de superpropagación, como ha recordado en repetidas ocasiones el experto en genética de la Universidad de Santiago Antonio Salas. Por eso los científicos sudafricanos están sometiendo el virus a diversos experimentos.

Las pruebas preliminares sugieren un mayor riesgo de reinfección con esta variante, en comparación con otras que también son de preocupación

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Del total de mutaciones de esta nueva variante, 32 (más del doble que el máximo detectado hasta ahora), nueve aparecen en otras variantes de preocupación. Otra mutación que preocupa es la E484K, presente los linajes B.1.351 (anterior variante sudafricana, beta) y P.1 (gamma, que causó una onda epidémica en Manaos, Brasil) y asociada a evasión de inmunidad. “Tiene un muestreo sin precedentes de mutaciones previamente vistas en alfa, beta, gamma y delta por separado”, apunta en Twitter Jeffrey Barret, responsable de genómica del COVID-19 del Wellcome Sanger Institute (Reino Unido). “Más allá de los cambios en la proteína S, hay dos mutaciones en la nucleocápside, R203K y G204R, que son clave para aumentar la transmisibilidad, y están presentes en todas las variantes de preocupación hasta el momento”, añade Barret. Reconoce que “el perfil de mutación es malo”, pero precisa que no se sabe cómo actúan juntas estas mutaciones, ni cómo se comportará un virus con tantos cambios. Para comprobarlo, los científicos utilizarán otros virus modificados para portar la proteína espícula (S) de esta variante y probarán si funciona bien el suero de los vacunados, cargado de anticuerpos neutralizantes. Experimentos posteriores probarán el virus real contra esos sueros.

Sin embargo, el biólogo molecular y periodista de 'Science' Kai Kupferschmidt recuerda que “nuestro sistema inmunológico tiene más que anticuerpos neutralizantes, por lo que nada de esto nos dice cuánto escapará esta variante de la inmunidad y si afectará principalmente a la protección contra infecciones o también contra enfermedad grave”. La respuesta inmune que inducen las vacunas anti-COVID incluye anticuerpos no neutralizantes y también células T capaces de reconocer muchas más zonas de la proteína S que las que han mutado. “Aunque se pueda perder la respuesta de anticuerpos tenemos otros ejércitos, los linfocitos T, que pueden hacer su función, aunque la proteína S cambie”, señaló ayer a TVE África González, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo.

Un fallo en la diana del gen S en este linaje permite que la PCR pueda utilizarse como marcador de la variante antes de la confirmación por secuenciación

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“Dado todo lo que sabemos en esta etapa, me sorprendería mucho que las vacunas de ARNm actuales no siguieran ofreciendo una protección sólida contra las enfermedades graves y la muerte por B.1.1.529”, ha dicho en Twitter Carl T. Bergstrom, biólogo teórico y evolutivo y profesor de la Universidad de Washington en Seattle (EE UU). “Todas las vacunas eficaces, todavía no sabemos si las mutaciones están afectando a la respuesta inmunitaria y si protegen al 100%, siempre va a ser mucho mejor estar vacunado que no”, coincide González.

Otro de los datos que han trascendido, que la nueva variante es hasta un 500% más transmisible, no ha sido comprobado y ha sido cuestionado por algunos expertos.

El motivo por el que ha surgido esta variante en Sudáfrica puede tener que ver, según algunos científicos, con la alta prevalencia de VIH (el virus que causa el sida) en este país africano, lo que provoca que una parte de la población tenga su sistema inmunitario debilitado. Así, el SARS-CoV-2 puede permanecer en el organismo durante meses y tener tiempo para evolucionar y desarrollar un alto número de mutaciones.

Escasa vacunación

Tampoco ha ayudado el bajo índice de vacunación de Sudáfrica, con tan solo un 23,8% de su población con la pauta completa, porcentaje que es mucho menor en el conjunto de África: en torno al 7%. Esto ha permitido un incremento del 300% de la incidencia en el país africano en una semana. “Deberíamos llevar vacunas a países en desarrollo, todos estamos en riesgo si los países del tercer mundo están en riesgo; si no, las variantes nos van a llegar, como ya estamos viendo”, subraya África González, que apoya que se pongan “todos los medios para que no haya una extensión como la variante india, que ha afectado a todos los países”.

Una de las buenas noticias de esta variante es su rápida detección y la encomiable transparencia con la que las autoridades sudafricanas han transmitido la información al resto del mundo. Otra ventaja es que es fácil de detectar con la PCR antes de realizar el proceso más largo y sofisticado de secuenciación genómica. Es porque contiene la deleción en las posiciones 69/70 de la proteína S, al igual que la variante británica (B.1.1.7 o alfa). Hace ahora casi un año, las pruebas PCR que indicaban esa ausencia apuntaban a casos sospechosos de la variante británica. Ahora se podría utilizar el mismo procedimiento.

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