Los Veintisiete continúan con su ofensiva contra el régimen de Aleksándr Lukashenko. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han dado este lunes el paso esperado y han ampliado el marco legal europeo que permitirá impulsar una quinta ronda de sanciones contra Bielorrusia con el objetivo de castigar también a individuos y entidades -como aerolíneas o agencias de viaje- que organizan o contribuyen a actividades del régimen para facilitar el cruce ilegal de migrantes en la frontera con la UE. "La decisión refleja la determinación de la UE de actuar contra la instrumentalización de los inmigrantes por motivos políticos. Rechazamos esta práctica inhumana e ilegal", ha dicho el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell

Las cuatro rondas de sanciones impuestas por la UE contra Minsk han permitido hasta el momento castigar a 166 dirigentes -entre ellos el propio Lukashenko- y 15 entidades responsables de la represión interna en Bielorrusia, que se disparó a raíz de la reelección de Lukashenko en agosto de 2020 en un proceso electoral no reconocido por la UE. La UE también ha aprobado sanciones económicas selectivas contra sectores importantes en Bielorrusia. Con la ampliación del marco sancionador, la UE podrá castigar también a los responsables de un "ataque híbrido" contra la UE que mantiene bajo máxima tensión la frontera con Polonia, Lituania y Letonia.

El siguiente paso será concretar el listado de castigados para lo que serán necesario, según fuentes diplomáticas, algunos días o semanas para apuntalar un trabajo legal que evite posibles recursos posteriores ante el Tribunal de Justicia de la UE. Aunque hay países insatisfechos con la eficacia de la política de sanciones, el jefe de la diplomacia europea considera que se trata de un instrumento efectivo porque afectan a la riqueza y la libre circulación de los afectados. Borrell ha hablado este fin de semana con su homólogo bielorruso, Vladimir Makei, para trasladarle que la situación es "totalmente inaceptable" y que es necesario dar ayuda humanitaria a los migrantes atrapados en el país.

Control de rutas aéreas

La ofensiva diplomática de las última semanas con países de origen o tránsito de los inmigrantes que aterrizan en territorio bielorruso con el objetivo de llegar a la UE ha permitido, según ha explicado este lunes Borrell, controlar algunas de las rutas aéreas con Minsk para limitar el número de llegadas. Aún así, la situación, a juicio del ministro de exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, sigue siendo crítica, está lejos de estar controlada y requiere de medidas drásticas como una zona de exclusión aérea entorno a Minsk. "Tenemos que asegurarnos de que ningún avión que pueda potencialmente traer a personas con la intención de cruzar la frontera ilegalmente pueda aterrizar en Minsk o en ningún aeropuerto bielorruso", ha reclamado subrayando que el régimen de Lukashenko ya está buscando nuevas oportunidades y que habría que estudiar también la posibilidad de sancionar directamente a aeropuertos y compañías que operan en los mismos.

Aunque la presión migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Lituania es menor a la vivida en la frontera con Polonia, solo esta pasada noche han cruzado 180 personas que llegan, según el jefe de la diplomacia lituano, hasta el paso fronterizo en camiones fletados por el régimen bielorruso. Lituania no solo quiere cortar de raíz la llegada de cualquier vuelo. También insiste en que Naciones Unidas -de quien sigue siendo miembro Bielorrusia- también debería presionar a Minsk para establecer vías de retorno seguras de los inmigrantes hacia sus países de origen. Según sus cálculos, entre 10.000 y 20.000 personas han llegado a Bielorrusia con el objetivo de cruzar a países como Alemania y se encuentran vagando por los bosques del país. "Hay miles de personas y deben poder regresar a casa", ha dicho Landsbergis.