El presidente venezolano Nicolás Maduro se tomó la fotografía más inesperada por los analistas políticos, nada menos que junto con Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI). A 17 días de unas elecciones regionales que, por el momento, despiertan escaso entusiasmo, Maduro lo recibió a regañadientes. La CPI ha decidido que las denuncias de graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela sean objeto de una investigación formal con la anuencia de Caracas. El Palacio de Miraflores suscribió un memorando de entendimiento con el enviado de la CPI en el que deja sin embargo sentado que, a su criterio, "no se cumplen los requisitos del artículo 53 del Estatuto de Roma, para justificar el paso de la fase de examen preliminar a la fase de investigación". Los episodios de violencia estatal durante la crisis política de 2017, que provocaron más de 100 muertos, estarán en el centro de la labor que llevará adelante Khan. "Hay diferencias de criterios sobre lo que sucedió en el examen preliminar, y hemos sido francos y directos en afirmar que no se le permitió al Estado conocer la documentación y contenido que allí se evaluaba", dijo Maduro al recibir al visitante. No obstante añadió: "respetamos su decisión, aunque le manifestamos que no la compartimos" y "nos acogemos a la letra de este documento firmado".

Maduro reiteró delante de Khan que en Venezuela, son garantes de la justicia. A su vez le anticipó que el documento de la CPI "será objeto de análisis en una sociedad abierta". El presidente dijo querer ser "el primero en conocer la verdad y hacer justicia, y salir de las dudas que se pudieron haber creado a través de campañas en redes sociales". Maduro pidió dejar "los prejuicios de lado” y prometió “trabajar este acuerdo entre las partes".

El caso "Venezuela I" se había abierto tres años atrás. La antecesora de Khan, Fatou Bensouda había considerado que existen evidencias para dar comienzo a una investigación. Con esos antecedentes, la CPI se propone "determinar" si "existen o no motivos para formular cargos contra alguna persona".

"Quiero ratificar nuestro respeto y nuestra invitación en fechas a convenir, lo más pronto que se pueda, para que usted regrese a Venezuela con su equipo y así profundizar el seguimiento y desarrollo del convenio. Las puertas de Venezuela están abiertas", señaló por último Maduro.

Las reacciones

Khan expresó su complacencia por el compromiso que asumido por el Palacio de Miraflores. "Estamos comprometidos en trabajar en forma colaborativa, independiente, con pleno respeto de complementariedad". Su llegada a  Caracas tuvo un inmediato impacto en los organismos defensores de derechos humanos. “La principal preocupación de las víctimas y las ONG venezolanas de derechos humanos es impunidad para los autores de las graves violaciones a los DDHH y crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela”, dijo el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea).

"La apertura formal de la investigación por crímenes de lesa humanidad, por parte de la Corte Penal Internacional, reivindica el derecho de obtener justicia que ha sido denegada en Venezuela para las víctimas y sus familiares" dijo el ex diputado Juan Guaidó, quien todavía es reconocido por Estados Unidos como "presidente encargado" de Venezuela.

El papel del Estado durante la crisis de 2017, el momento de mayor tensión en las calles entre el Gobierno y los sectores más radicales de la oposición, así como en los meses posteriores, ya ha sido objeto de un escrutinio crítico por parte de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien estuvo en Caracas hace dos años.

El contexto

La presencia de Khan en la capital venezolana tuvo lugar en momentos de paréntesis de las negociaciones entre el madurismo y buena parte de la oposición para encontrar una salida negociada al conflicto político interno. El diálogo que se venía llevando a cabo en México quedó en suspenso con la extradición a Estados Unidos de Alex Saab, un empresario de origen colombiano que ha realizado numerosas operaciones económicas internacionales en nombre del Gobierno venezolana, quien ha intentado darle estatuto diplomático.