Los conservadores británicos están reunidos en Manchester desde el domingo habiendo transformado el triunfo arrollador de las últimas elecciones en la mayor crisis que ha vivido el Reino Unido desde los años setenta. La conferencia anual del partido, a la que asisten unos 10.000 delegados, es la primera que se celebra de forma presencial tras conseguir la mayoría en las urnas en el 2019. El ambiente es, sin embargo, de gran presión y a pesar de los vítores y aplausos que arroparán a Boris Johnson durante los próximos cuatro días, no se percibe el entusiasmo que correspondería a esa victoria. Es imposible ignorar la acumulación de problemas que atenazan la economía y golpean directamente a los ciudadanos.

El primer ministro quería hacer de esta conferencia el momento de la vuelta a la normalidad, una vez superado ya lo peor del covid. Un punto y aparte con mensajes de optimismo, como el elevar el nivel de vida (levelling up) de las clases más desfavorecidas. Esos votantes en el norte de Inglaterra a los que sedujo con sus eslóganes. “Vamos a cambiar y mejorar la economía”, repite el primer ministro en las entrevistas que ha concedido antes del inicio de la convención.

Otoño problemático

A los británicos les resulta difícil creer en los planes de prosperidad de Johnson mientras se eternizan haciendo cola en las gasolineras. El Ejército sale este lunes a la calle y en diez días los ganaderos deberán comenzar a sacrificar 120.000 cerdos, que por falta de personal en los mataderos han crecido demasiado y no se pueden vender. El dinero en los hogares merma.

El otoño coincide con el fin de las ayudas excepcionales al empleo (equivalente al ERTE) y la eliminación de una asignación de 20 libras semanales (23,40 euros) a los hogares con más bajos ingresos, que rigieron durante los meses de la pandemia. A eso se suma un aumento de la inflación, que se encamina hacia el 4%, la subida del recibo de la luz y el aumento de algunos impuestos.  Hay problemas potenciales también en el suministro de energía. La escasez en la distribución de carburante y comida es lo que ya se conoce como el combinado EFF (Energy, Fuel, Food). "Estamos en un periodo de ajuste", responde Johnson, quien vuelve a prometer “grandes y radicales decisiones”, para reconstruir el país tras la pandemia.

Johnson concederá visados a transportistas de la UE para paliar el desabastecimiento

Johnson concederá visados a transportistas de la UE para paliar el desabastecimiento. Video: Agencia Atlas | Foto: Reuters

Refugiados afganos como camioneros

La conferencia anual es la primera cara a cara desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea y es ahora cuando se ven las consecuencias de fin de la libre circulación de personas y mercancías y de las nuevas leyes de mano de obra extranjera. Johnson insiste en que el Reino Unido no retornará "al viejo modelo de inmigración descontrolada" a pesar de la crisis de camioneros. 

“Lo que no queremos es volver a la situación en la que básicamente permitíamos a la industria del transporte de mercancías mantenerse a base de una inmigración con bajos salarios”, declaró en el show de Andrew Marr en la BBC. Sin embargo, no descartó la emisión de más visados temporales. Los empresarios advierten de que ese sistema a corto plazo para contratar conductores y personal para los mataderos no funciona y los 10.500 permisos de emergencia autorizados hasta ahora ni siquiera garantizan el abasteciendo en Navidad. Algunas compañías, de acuerdo con el Sunday Times, han comenzado a tantear la posibilidad de buscar conductores y carniceros en Filipinas, Brasil y Argentina, cuando se levanten las restricciones de covid en esos países. Incluso se está valorando el contratar refugiados afganos como camioneros.

Favoritos en los sondeos

El Gobierno ha venido echando la culpa de los problemas actuales al pánico del público, la falta de previsión de las empresas, la demanda global e incluso a la prensa. El domingo Johnson, escapista por naturaleza, volvió a negar cualquier responsabilidad. Hasta ahora los tories se han beneficiado de la pésima situación del Partido Laborista. A pesar de la incompetencia manifiesta y de la falta de planificación, los conservadores siguen siendo favoritos en los sondeos y Johnson más popular que el jefe de la oposición Keir Starmer