Hugo Armando Carvajal Barrios espera en una celda madrileña un muy improbable golpe de suerte que le permita eludir su extradición a Estados Unidos. 'El Pollo', apodado así por Hugo Chávez, su instructor en la Escuela Militar, debido a una figura tan escuálida como diminuta, fue un personaje tan vital como enigmático de la contrainteligencia venezolana. Casi no se le conocía la voz. Nunca daba entrevistas. Pero durante los últimos años, Carvajal ha cambiado de lealtades y discursos, ha pasado de una versión picaresca del socialismo del siglo XXI a un anticastrismo cerril. Ha sustituido el sigilo propio de los espías por una incontinencia en las redes sociales. Hasta ha modificado su rostro para evitar un destino que parece inexorable: sentarse frente a un tribunal estadounidense en un juicio por blanqueo de activos y narcotráfico.

Carvajal fue un mediocre estudiante de la Academia Militar. En 1992 participó del alzamiento armado de Chávez contra la presidencia de Carlos Andrés Pérez que se considera como el comienzo del movimiento bolivariano. Chávez lo colocó en un resorte clave del Estado: la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). La dirigió entre 2004 y 2011. Nicolás Maduro lo convocó para las mismas funciones entre abril de 2013 y enero de 2014. Ese mismo año fue designado cónsul general en Aruba. Su presencia en la isla caribeña con un cargo tan irrelevante suscitó sospechas. 'El Pollo' fue arrestado por petición de EEUU. "Se trató de una emboscada terrible. Me la juego por Carvajal; ha roto el récord en la lucha contra el narcotráfico", dijo Maduro. Al regresar a Caracas, lo recibió como un héroe.

Ruptura y evasión

Rompió con el presidente venezolano cuando olfateó que no podría sostenerse en el poder. En enero de 2019, ofreció sus servicios al autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó. "Aquí está un soldado más por las causas de la libertad y la democracia", dijo y convocó a las Fuerzas Armadas a sumarse a la conjura. "Depende de ustedes, la forma en que todo esto termina". No le hicieron caso y se escapó de Venezuela.

Llegó a Madrid a mediados de marzo de ese año. Entró con el risueño nombre falso que tomó prestado de un famoso ex entrenador merengue: José Mourinho. Fue detenido en abril por orden de EEUU. Entre rejas trabó una extraña relación con el comisario José Manuel Villarejo. Quedó en libertad después de que un juez denegara la extradición. Cuando la Audiencia Nacional revirtió ese dictamen, 'El Pollo' ya se había disuelto en el anonimato. Lo han vuelto a capturar hace unos días. En pocas semanas, la justicia española debe resolver su situación. Experto en evasiones, el exmayor quiere creer que todavía tiene una carta ganadora en su bolsillo: ha pedido declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón para contar lo que dice saber sobre las relaciones entre el grupo terrorista libanés Hizbulá y el madurismo y los contactos entre el primer Podemos y el Palacio de Miraflores.

"Mi información tiene valor si es canalizada de forma correcta. Hasta ahora no he utilizado nada, con dos excepciones: La Corte Penal Internacional y la comisión de Derechos Humanos de la ONU", dijo el pasado martes a los venezolanos a través de una carta, pero con el interés de que sea atentamente leída en Madrid.

Enemigos íntimos

Le respondió Diosdado Cabello, el número dos del madurismo y exvecino de Carvajal en La Rosaleda, una urbanización del estado de Miranda: "Has salido de aquí arrodillándote ante Guaidó y ahora somos nosotros los culpables... Ha sido electo diputado con nuestros votos y terminó traicionando a la Patria". 'El Pollo' no se quedó callado. "Se traiciona cuando se rompen compromisos. Ese compromiso me unió a Chávez y después me separó, primero de Maduro y después de ti".

Carvajal es, de algún modo, una piedra en el zapato de Maduro, quien suele enervarse cuando alguien lo nombra. "Lo boté apenas llegué al Gobierno, por su mala conducta", ha dicho. "Dices que me botaste cuando hiciste justo lo contrario", le recordó en 2020 su exaliado desde algún lugar de España. "¿Cómo atreves a llamarte cristiano cuando eres seguidor de cuanta creencia se te cruza por enfrente? Eres un devoto santero, seguidor de (el gurú) Sai Baba?”, espetó también, desde una clandestinidad que imaginó duradera.

En la cárcel de Estremera, mientras aguarda que se pronuncie la Audiencia Nacional, Carvajal quiere al menos que a Maduro no le salga gratis su extradición a Estados Unidos. Por lo pronto, Caracas también lo ha reclamado para que no hable demás.