Al menos 1.770 personas fueron detenidas en las marchas celebradas este miércoles en un centenar de ciudades de Rusia para exigir la liberación del líder opositor Alexéi Navalni, según el portal OVD-Info, especializado en el seguimiento de arrestos y la defensa de detenidos.

El portavoz de la organización Konstantín Fomin, dijo previamente al portal independiente Meduza que el número de detenidos había superado los 500, pero que debido a problemas técnicos no podían actualizar los datos en su plataforma. Una vez solucionado el problema, OVD-Info informó de golpe que ya había al menos 1.004 detenidos en 82 ciudades rusas.

La jornada de protestas convocada por la oposición se ha celebrado desde Vladivostok, en el lejano oriente ruso, hasta el Báltico. En Moscú, la más numerosa, reunió a varios miles de personas. El mayor número de detenciones (805) se produjo en San Petersburgo, la segunda ciudad del país, seguida de Ufá, capital de Bashkiria, (87) y de Sochi, a orillas del mar Negro (50). En Moscú se informa de al menos 29 detenidos.

Las detenciones han tenido lugar incluso antes del inicio de las marchas, ya que la policía arrestó a primera hora de la mañana a la "número dos" de Alexéi Navalni, Liubov Sóbol, que únicamente fue puesta en libertad por la noche, y a su portavoz, Kira Yarmish.

Las marchas lograron reunir en toda Rusia a más de 14.000 personas, según las cifras proporcionadas por las autoridades. En Moscú se congregaron 6.500 y en San Petersburgo 4.500, si bien el equipo de Navalni dijo que había que multiplicar estas cifras por diez.

"Hoy vimos a cientos de miles de maravillosas personas en toda Rusia y en el mundo. Todos exigimos que Navalni sea atendido por médicos y puesto en libertad", escribió anoche el equipo de Navalni en su cuenta de Telegram al hacer una valoración de la jornada.

Los compañeros del encarcelado líder opositor, que desde el 31 de marzo pasado se encuentra en huelga de hambre, denuncian que su estado de salud es extremadamente delicado.

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De acuerdo con las autoridades penitenciarias y sus abogados, Navalni, que exige ver a sus médicos de confianza, se encuentra en un hospital para presos, donde recibe suero y un tratamiento con vitaminas.

El político, de 44 años, tiene una doble hernia y una protrusión discal, y ha perdido 16 kilos de peso desde que ingresó en prisión en febrero pasado y 9 desde que se negó a ingerir comida.