El ya expresidente del Congreso de Perú, Manuel Merino, ha tomado posesión este martes como nuevo jefe de Estado, en sustitución del cesado Martín Vizcarra, y ha arrancado su mandato con un llamamiento a la unidad y la promesa de un Gobierno de "unidad nacional" que garantice la estabilidad del país hasta las elecciones de abril.

Merino ha recibido la banda presidencial de manos del hasta ahora vicepresidente del Congreso y, en sus primeras palabras, ha dicho asumir el nuevo cargo "con honor y alta responsabilidad", consciente de que la población encara "con expectativa pero a la vez con mucha preocupación" esta nueva etapa.

"Es un momento muy difícil para el país", ha admitido Merino, miembro de Acción Popular y sucesor de Vizcarra conforme a lo estipulado por la Constitución peruana, ante la ausencia de vicepresidentes. El nuevo mandatario ha prometido "responsabilidad y madurez" y ha llamado a la unidad.

En este sentido, ha apelado a la "calma" de todas las partes y ha apuntado que "la única forma de salir juntos de esta crisis" es a través de una "amplia convocatoria" que aglutine tanto a los partidos políticos como a la sociedad civil.

Merino aspira a construir un gabinete "de consenso y unidad nacional", sin "distinción de poderes políticos", teniendo en cuenta que el nuevo Gobierno llega ya con su salida marcada en el calendario, toda vez que Vizcarra ya había convocado las próximas elecciones generales para el 11 de abril de 2021.

"Nadie puede cambiar la fecha", ha subrayado Merino, que se ha comprometido con una "transición democrática" que en principio culminará el 28 de julio de 2021, fecha en la que está previsto que tome posesión el candidato presidencial más votado en los comicios de abril.

El flamante presidente también ha aprovechado su discurso para defender que, "más allá del debate político", el Congreso ha actuado "respetando el debido proceso" al cesar a Vizcarra, que el lunes perdió una moción de censura tras verse salpicado por un presunto escándalo de corrupción.

Merino, el tercer presidente que tiene Perú en menos de cinco años, espera que este punto de inflexión dé paso a un nuevo periodo de "respeto" entre los poderes ejecutivo y legislativo, después de varios años marcados precisamente por un enconado pulso.

Lucha "impacable" contra la corrupción

Las sospechas de corrupción han tumbado a Vizcarra, que se ha sumado a la lista de expresidentes bajo sospecha. Los supuestos sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht han derivado en investigaciones contra los cuatro predecesores de Vizcarra en el cargo.

Merino, que ha dicho llegar al poder "sin arreglos bajo la mesa", ha subrayado su "compromiso con la lucha implacable contra la corrupción y el manejo transparente de los recursos del Estado". También ha prometido ser "implacable" en cuanto a la seguridad ciudadana y ve "impostergable" dinamizar el mercado de trabajo y relanzar la economía.

En relación a la pandemia, ha enfatizado su apoyo a los equipos médicos y ha abogado por trabajar para "dejar de ser el país con el peor manejo de la COVID-19", con vistas también a reducir la "vulnerabilidad" en caso de que Perú sufra una segunda ola de contagios. "Es imprescindible corregir los errores", ha añadido.