El Senado de Argentina aprobó y convirtió en ley el proyecto de Presupuesto de la Administración Pública para 2019, tras 13 horas de debate y en una sesión en la que el oficialismo contó con el apoyo de parte de la oposición peronista para sacar adelante las cuentas del año próximo.

La iniciativa, que sale adelante en medio de la difícil situación económica del país, que derivó en la petición de un millonario crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI), contó con 45 votos a favor, 24 en contra y una abstención.

El Presupuesto, que ya había sido aprobado por la Cámara de Diputados en octubre, prevé una caída de la economía del 0,5 % el año próximo, una inflación anual del 23 % y un resultado fiscal primario equilibrado, conocido como "déficit fiscal cero".

El senador oficialista Luis Naidenoff, el último en intervenir en el debate, reconoció que se trata de un presupuesto en un contexto de "emergencia económica y social", con devaluación, inflación e incremento de los indicadores de pobreza, pero remarcó que es el "que necesita el país".

"Nosotros estábamos convencidos de que Argentina en 2015 (cuando asumió la presidencia del país Mauricio Macri) no tenía margen para políticas de ajuste brutales. Se eligió el camino gradual y dio resultados en una primera instancia", dijo, para agregar que Argentina "tiene a sus espaldas" desequilibrios estructurales históricos, como el déficit, que hay que erradicar.

Por su parte, la expresidenta del país y actual legisladora, Cristina Fernández, aseveró que bajo la ley de "déficit cero"' se esconde "un diseño destinado al pago de la deuda y fundamentalmente bajo la planificación del FMI".

"Ninguna experiencia en el mundo de déficit cero dio resultado, (...) Hay un mal diagnóstico del Gobierno de concebir el déficit fiscal como el gran problema de Argentina", sentenció, convencida de que no es que esté aplaudiendo ese desequilibrio, "sino que puede ser un instrumento contracíclico en épocas de recesión".

"No se sale de la recesión ajustando el gasto publico (...) lo que vamos a hacer con este presupuesto es profundizar el sufrimiento de la sociedad y va a ser un sacrificio inútil", sentenció.

La ley aprobada establece unos ingresos de 3,4 billones de pesos (94.727 millones de dólares) -un 43 % más que en el de 2018- e iguales gastos primarios, un 24 % por ciento más.

Las cuentas de 2019 estarán marcadas por la recesión económica iniciada este año, desencadenada por una abrupta devaluación del peso ante el dólar que llevó al Ejecutivo de Macri a pedir ayuda financiera al FMI, que le prestó al país 56.000 millones de dólares.

Ese acuerdo con el organismo multilateral conlleva, entre otras metas, reducir el alto déficit, que se traduce en una reducción del gasto público, que, según denuncian la oposición y los sindicatos, será un fuerte ajuste que sufrirán en especial los sectores más vulnerables.

Sin embargo, el Gobierno insiste en que la protección social está garantizada.