Kosovo vive una jornada de tensa calma

pristina | efe

Kosovo vivió ayer su tercer día de independencia en una ambiente de tensa calma, mientras que Belgrado envió a cuatro ministros a varios enclaves serbios de su provincia escindida unilateralmente para prometer ayuda financiera a sus habitantes.

Tras la tensión vivida el martes, cuando cientos de manifestantes serbios enfurecidos con la independencia de Kosovo destruyeron dos pasos fronterizos en la parte norte del nuevo país, ayer imperó la calma.

Las fuerzas de la OTAN, que habían bloqueado esos puestos, los reabrieron ayer y fuerzas especiales de la ONU en Kosovo se estacionaron en sus inmediaciones.

En Mitrovica, el principal centro urbano serbio en el norte de Kosovo, entre 500 y 600 personas se manifestaron para expresar su rechazo a la independencia kosovar, proclamada el domingo pasado y reconocida ya por EEUU y las principales potencias europeas.

En esa concentración no se produjeron incidentes, según aseguraron fuentes de la policía local, al igual que durante las visitas de los cuatro ministros serbios a la región.

El ministro serbio de Economía, Mladjan Dinkic, estuvo en Zvecan, en el norte de Kosovo, donde prometió a los serbios más inversiones para impulsar su paupérrima situación económica.

El objetivo de las ayudas es garantizar la presencia serbia en esa región, que Belgrado considera la cuna natal de su nación.

Otros tres ministros serbios visitaron las aldeas rurales de Decani, Velika Hoca, Ranilug y Gradjenik, donde entregaron ayuda humanitaria a los habitantes.

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