Al menos 80 muertos en un atentado suicida en Afganistán

Madrid | OTR Press

Afganistán vuelve a ser triste protagonista de un brutal atentado. Unas 80 personas han muerto y al menos 90 han resultado heridas en otro atentado suicida en Kandahar, al sur del país. El terrorista hizo estallar la carga explosiva que llevaba en una concentración de unas 500 personas que presenciaban una pelea de perros, pasatiempo muy común en Afganistán.

Es el atentado más sangriento cometido en Kandahar, cuna de los talibán, que permanecieron en el poder desde 1996 a 2001 cuando fueron desalojados del poder por una coalición internacional y que llevan a cabo una insurrección para recuperarlo.

«Sesenta mártires fueron llevados a hospitales y otros 20 cuerpos fueron recogidos en el lugar (de la explosión). Pensamos que unas 80 personas murieron en este ataque suicida», afirmó el gobernador de Kandahar, Assadula Jalid. Según el Ministerio afgano de Salud Pública, el número total de heridos ha ascendido a 90. La insurgencia talibán no ha reivindicado la autoría del ataque, algo que no acostumbra a hacer cuando los atentados causan la muerte de muchas personas.

Combate de perros

Centenares de personas se habían concentrado para asistir a un combate de perros cuando se produjo la explosión. El pánico cundió entonces en la concentración y decenas de personas corrieron gritando en todas las direcciones. Las víctimas fueron evacuadas a los hospitales cercanos, mientras un fuerte cordón de seguridad rodeaba toda la zona.

El último gran atentado en Afganistán se registró el pasado 6 de noviembre, cuando un ataque suicida acabó con la vida de más de treinta personas en la provincia norteña de Baghlan. En la conflictiva Kandahar y en las provincias meridionales de Afganistán los combates entre la insurgencia talibán y las tropas internacionales y afganas son constantes.

Es en estas regiones, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes, se concentra el grueso de las fuerzas insurgentes. Su principal blanco son las instituciones del Estado y los 60.000 soldados extranjeros que apoyan al Gobierno de Hamid Karzaï.

Durante este invierno no se han registrado tantos enfrentamientos, ya que los talibanes acostumbran a llevar a cabo su ofensiva en primavera. El año pasado, el más sangriento desde que empezó la operación Libertad Duradera en Afganistán en 2001, unas 6.300 personas murieron víctimas de la violencia en el país.

El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, condenó ayer con firmeza el atentado suicida «en el que han perecido decenas de inocentes y resultado heridos muchos más», perpetrado en la provincia afgana de Kandahar, en el sur del país, la más afectada por la insurgencia talibán.

En nombre de los 26 países integrados en la Alianza Atlántica, De Hoop Scheffer reafirmó en un comunicado «la determinación» de la OTAN de «seguir asistiendo a Afganistán en su camino hacia una paz duradera y la seguridad» del mismo que, recalcó, «no se verá disminuida» por el atentado.El atentado de ayer manifiesta, a su juicio, «la despreciable actitud de quienes que se oponen a la paz y estabilidad de Afganistán».

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